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Inmunizan a 850 reclusos de nuevo ingreso
En dos penales se aplicó el biológico CanSino de una sola dosis.
La Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario y en coordinación con la Secretaría de Salud capitalina, informó que se aplicaron un total de 850 vacunas de única dosis (CanSino) a presos de recién ingreso al Reclusorio Preventivo Varonil Norte y al Centro Varonil de Seguridad Penitenciaria I, ubicados en la alcaldía Gustavo A. Madero.
En un comunicado, la dependencia precisó que en seguimiento a la estrategia contra el Covid-19 para personas privadas de la libertad, se realizó ayer la primera jornada de vacunación para personas de nuevo injóvenes greso al Sistema Penitenciario de la Ciudad de México.
En el Reclusorio Preventivo Varonil Norte recibieron el biológico 700 personas con un rango de edad de 18 a 29 años, además de 149 con un rango de 30 a 39 años, mientras que una persona de entre 30 y 39 años de edad fue vacunada en el Centro Varonil de Seguridad Penitenciaria I.
El secretario de Gobierno capitalino, Martí Batres, destacó que se continúa trabajando en la estrategia de vacunación para combatir la pandemia de Covid-19, lo cual es un tema prioritario para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
Existe una tecnología a la que todos estamos acostumbrados a este punto, y que incluso nos burlamos constantemente de ella porque nos mete en aprietos, nos saca la carcajada o nos hace pasar vergüenzas:
El afamado auto corrector.
Sí, ese que nos hace mandar barbaridades en los mensajes de texto, el que pone “te invito a ver pelos en mi casa” cuando uno quería decir “pelis en mi casa”. Ya saben, porque seguro han sido víctimas de sus ocurrencias que, por alguna razón, suceden sobre todo en esos mensajes importantes o en aquellos destinados a las personas con las que uno quiere parecer serio o inteligente.
Lo que no nos ponemos a pensar es que el corrector es una tecnología avanzadísima de inteligencia artiʶcial, sí, aunque suene de ciencia ficción, es un algoritmo que procesa millones de palabras, frases y enunciados y determina cual sería la palabra más común o probable que escribiríamos en ese momento.
También es cierto que cuando lo desactivamos nos sale mucho peor la cosa, porque ya estamos acostumbrados a él, y bueno, no ayuda que las pantallitas del celular tienen unas micro letras que son muy incómodas para escribir, así que se vuelve casi una necesidad contar con su ayuda.
Pues resulta que esa misma tecnología se empieza a volver más común, avanzada y a utilizarse en muchas otras aplicaciones. Una de ellas, poco probable en apariencia, es la escritura de guiones cinematográʶcos. No quiero decir que sea para nada algo extendido o que se use ya de manera común, pero recientemente se realizó un cortometraje llamado “Sunspring” en el que se alimentó a uno de estos softwares, de nombre Benjamin, con una enorme cantidad de guiones de cortometrajes en el género de la ciencia ʶcción. Y, el susodicho Benjamín, tomando todos esos textos como parámetro, escribió su propia película.
Posteriormente los cineastas responsables la ejecutaron con locaciones, actores, vestuarios y todo lo necesario para llevar la creación de Benjamin a la pantalla. A ver, siendo muy sinceros, no es ninguna obra maestra y está lleno de sinsentidos, un poco en el espíritu de “estoy en un bar rollo nudista” cuando querías decir “rollo budista”, pero aún así lo que es más increíble es que el resultado medianamente tiene sentido y gracias a las actuaciones, la música, la edición, el manejo de la cámara, y sobre todo los esfuerzos de nuestro cerebro como espectadores, se le logra dar un contexto a diálogos absurdos y mal que bien se logra contar una historia.
A estas alturas no me pregunto ya si es posible que en el futuro una tecnología pueda escribir un guion, porque ya lo hace y es simplemente cuestión de perfeccionar el algoritmo para que se consiga un resultado más satisfactorio. Lo que me cuestiono es si seremos capaces de escapar como creadores a la censura que genera el mismo. Incluso hoy en día todo lo que ves en Internet, lo que te aparece en la página de tu red social favorita, lo que te recomienda YouTube o Netflix, es el resultado de cálculos sobre tu comportamiento, tu edad, tu locación geográʶca y otros factores que, a mi forma de ver, nos deshumanizan y nos ponen en una categoría de estadística y ya no de individuos.
Mi recomendación no es luchar contra el algoritmo, porque eso a estas alturas es imposible, pero de vez en cuando haz locuras, busca cosas extrañas, introduce keywords absurdas, confúndelo, cambia los datos de tu perʶl, si acaso será esa nuestra última defensa.