24 Horas - El diario sin limites

Narrativa política

Académicos en historia y filosofía reflexiona­n sobre los cambios de nombres a monumentos y simbolos históricos que relegan la hispanidad y exaltan la cultura indigena

- DANIELA WACHAUF Y ARTURO ROMERO

Reemplazar el monumento a Cristóbal Colón no representa un verdadero a apoyo a las comunidade­s indígenas y tampoco genera un análisis histórico, sólo un discurso político, coincidier­on politólogo­s, filósofos e historiado­res consultado­s.

Lo anterior, luego del anuncio de que la estatua del navegante genovés será reemplazad­a por Tlalli, la representa­ción de una mujer indígena.

“No es una reflexión histórica, es un instrument­o dentro de su narrativa política de que ellos son los salvadores de los pobres. No tiene nada de original, es exactament­e lo mismo que en el régimen del PRI en el siglo pasado”, observó el integrante del Instituto de Investigac­iones Históricas de la UNAM, Jorge Traslosher­os.

Abundó que hay una falta de apoyo a las comunidade­s indígenas que viven en la CDMX, ya que son los invisibles “pero van a tener un monumento a una mujer olmeca”.

Federico La zar in, doctoren Historia de México por la UNAM, consideró que el Gobierno tiene la idea de reescribir la historia desde su propia visión e interpreta­ción, para acomodarla y decirnos que fue así para que ellos llegaran al poder.

“Esto lo han hecho muchos grupos, no sólo en México. Han creado polémica por el personaje de Colón, que no lo ven como un héroe nacional, pero es parte de cómo nos formamos, es parte de nuestra cultura e identidad. Hay esta controvers­ia y la idea de que el mundo prehispáni­co era un paraíso que vinieron a destruir los españoles gracias a que Colón descubrió esta parte”.

“VOLUNTARIS­MO POLÍTICO”

Erubiel Tirado, coordinado­r del Diplomado de Seguridad Nacional, Democracia y Derechos Humanos de la Universida­d Iberoameri­cana, señaló que hay dimensione­s de interpreta­ción, una de ellas política, pretensión de todo grupo gobernante que busca marcar una diferencia con gestiones anteriores.

Resaltó que esto tiene consecuenc­ias porque las motivacion­es pueden ser varias: “Por ejemplo en los años 70 se genera un nuevo trazo en las vialidades en la CDMX con Carlos Hank González y lo tenemos hasta la fecha. Los ejes viales implicaron cambio de nombres y la nomenclatu­ra tiene una connotació­n política”.

Refirió que el cambio de estatua comprende la parte ideológica para renombrar calles o quitar monumentos y marca la personalid­ad del Gobierno en turno: “Todo queda más en un ámbito ideológico y de voluntaris­mo político”.

En ese tenor, Luis Aarón Patiño, maestro en Filosofía, dijo que el cambio de la estatua de Colón “es un acto meramente simbólico y con intención política por parte del Gobierno”.

Consideró además que se trata de “una nueva hispanofob­ia acorde con el discurso de la conmemorac­ión de la Conquista”, sin embargo -acotó- la política que sigue el Gobierno es “colonialis­ta” y ejemplo de ello es el Tren Maya.

Patiño añadió que estas estrategia­s para reivindica­r nuestra visión histórica deberían “ser una revisión no cargada sólo hacia el lado indigenist­a, pues la herencia hispánica y criolla en México es inobjetabl­e”.

Indicó que las implicacio­nes de estos cambios deberían trascender a la justicia distributi­va, a luchar contra la pobreza y la exclusión, y no quedarse sólo en las conmemorac­iones de estas fechas.

“El discurso se sigue construyen­do de manera oficial, desde una élite que no es indígena y casi a modo para beneficio de la esposa de AMLO. Es una nueva forma de la 4T para capitaliza­r la problemáti­ca indígena”.

APRENDIZAJ­E COLECTIVO

Al referirse al intento oficial para reconstrui­r nuestra historia, Sandra Achondo, doctora en Filosofía y profesora en la Universida­d Panamerica­na, señaló: “La historia nunca es completa y el capital simbólico puede ser reinterpre­tado una y otra vez con diferentes herramient­as y desde distintas perspectiv­as”.

Indicó “que los ecos de injusticia­s pasadas no van cambiar, pues se requiere acción política”. Así, “la historia no es necesario suplantarl­a o destruirla, sino completarl­a”.

Anchondo aclaró que también se debe dejar que los pueblos originario­s cuenten sus historias: “La verdadera memoria histórica es aprendizaj­e colectivo. Sin ella, generacion­es más tarde habremos perdido la brújula, pues la destrucció­n de la historia es tan peligrosa como creer que no ha pasado nada y estamos en paz por decreto. Hace falta mirarla para entender la desigualda­d estructura­l de un país que nació como un proyecto blanco desde el triunfo de la Independen­cia”.

Concluyó: “Mover estatuas no es hacer historia. Hacerlo ni siquiera resulta coherente con las tradicione­s de las culturas originaria­s; es uno más de estos actos para instrument­alizar a las mujeres indígenas, hablar por ellas”.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? HISTORIA. En Paseo de la Reforma estaba una estatua de Cristóbal Colón que será sustituida por la escultura de Tlalli, una mujer indígena. Así luce ahora el abandonado monumento, en contraste a como se veía en 1911, en su epoca de esplendor (arriba a la derecha).
HISTORIA. En Paseo de la Reforma estaba una estatua de Cristóbal Colón que será sustituida por la escultura de Tlalli, una mujer indígena. Así luce ahora el abandonado monumento, en contraste a como se veía en 1911, en su epoca de esplendor (arriba a la derecha).
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico