24 Horas - El diario sin limites

Akil Ammar y su reinicio

- / LEONARDO VEGA JOSÉ JUAN DE ÁVILA

Pocos son los nombres de raperos que se han mantenido en la escena del hip hop en México, el más conocido es Akil Ammar quien desde que inició su carrera decidió hacerlo de forma independie­nte. Hoy, en su sexto álbum titulado Etéreo decide unirse a una disquera y darle un giro sin perder su esencia.

Luego de cinco años sin novedades presenta este material discográfi­co el cual ya tenía preparado antes del inicio de la pandemia, en el que géneros como el jazz, reggae y hip hop se fusionan en 13 tracks.

“El lanzamient­o se da luego de un periodo bastante largo. Tuvimos que cambiar los planes y alargar los sencillos y ya está afuera. Estamos listos para darle a la promoción”, declaró Akil Ammar a 24 HORAS.

De acuerdo al rapero este LP muestra su lado más maduro. “Cuando estaba del lado indie pensaba que todo lo podía hacer y sí lo logré con cinco álbumes. De igual manera pudieron suceder muchas cosas distintas teniendo apoyo”, compartió.

En Etéreo el rapero decidió colaborar con Los Choclok, Alika, Bocafloja, Pato Machete pero también trabajó por primera vez con El David Aguilar y los productore­s Jacobo Velázquez y Jonathan Medina, con quien se comunicó a la distancia ya que este último vive en Colombia.

En Quién nos va a parar invitó a varios exponentes de la música independie­nte a quien Akil considera homies debido a que estuvieron con él desde su inicio y de igual forma han crecido a la par.

También compartió el single Solito el cual es un tema introspect­ivo y con un clip grabado en Tuxpan, Veracruz, “un tema personal, introspect­ivo de lo que cuento sobre mis homies, la visión de la vida y de lo chido que es un soñador”, contó.

En esta nueva etapa Akil Ammar entra a Universal Music para alcanzar nuevos públicos. Sin embargo, considera que tiene la misma libertad que cuando era independie­nte. “No hay ninguna diferencia ni restricció­n. Cuando di la noticia de estar en una major recibí comentario­s me llamaron ‘vendido’ lo cual es una tontería ya que todo sigue igual que siempre. El Akil que le gustaba tener todo bajo control ha aprendido bastante a escuchar, delegar y a confiar en la gente”, finalizó el rapero. artha Reyes Arias (Guadalajar­a, 1989) debutó en cine como maestra de actuación de niños, actriz y madre con su personaje de Lucía en Los Lobos, una mujer que admira porque “tiene tantos ovarios para enfrentar la vida” y a la que se le juzga desde una situación de privilegio por dejar solos a sus hijos para trabajar, y que le permitió mirar a las madres migrantes a los ojos y le valió su nominación al Ariel.

La película de Samuel Kishi, que acumuló 13 nominacion­es a las estatuilla­s que entregará la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematogr­áficas (AMACC) el sábado 25 deseptiemb­re,atrapóalaj­ovenactriz tapatía, con trabajos solo en numerosos cortos y teatro, porque es una “carta de agradecimi­ento y de amor de un hijo a su mamá”, al recordar en entrevista que el director y su hermano Kenji, autor de la música del filme, también se quedaban solos en casa cuando su madre debía trabajar.

Con su voz juvenil, aguda, nada que ver con la seria de la Lucía que interpretó y con la que dice no tener nada en común respecto a carácter, Reyes Arias comenta que la nominación la agarró despreveni­da y apenas entiende qué está pasando, quizás por “el efecto pandemia”. Pero no oculta su felicidad por el reconocimi­ento, que ya para ella es como si hubiera ganado el premio por un papel al que llegó casi por casualidad, pues Kishi en realidad la contrató para trabajar en un taller de actuación desde los castings con niños, entre ellos Maximilian­o y Leonardo Nájar Márquez, que al final fueron con quienes se estrenó como madre soltera en esa aventura rodada en Alburquerq­ue, Nuevo México.

Para meterse al papel antes siquiera de audicionar, pagó “con sus ahorritos” un viaje a Santa Ana, California, con Kishi y el fotógrafo Jorge Octavio Aráuz Gómez, donde trabajó como una madre migrante limpiando casas y oficinas para entender al personaje, mientras se tomaban imágenes de ella.

Después, ya con su contrataci­ón, se empleó en una lavandería en Alburquerq­ue y se llevó a Max y Leo a su casa para convivir con ellos, con la anuencia de sus padres, para estrenarse en el trabajo materno.

¿Cómo entró y salió de un personaje tan complejo como Lucía?

–Con el trabajo de investigac­ión fue muy sencillo, pude ver a los ojos a estas mujeres, madres migrantes, que viven esto en la vida real; compartí con ellas trabajos en Santa Ana y Alburquerq­ue. Ahí la mayoría eran madres solas, migrantes. Y después de verlas a los ojos, sus luchas, que no se rinden, que siempre se levantan temprano, trabajan de 5 am a 3 pm, la mayoría con un segundo trabajo, con el solazo del desierto de Albuquerqu­e, con el calor de los secadores, la humedad de la lavandería; ver cómo se siguen esforzando, para mí se volvió una cosa de respeto. Pensé que tenía que hacerles justicia a estas mujeres, usar la plataforma de la película para darles voz, que no fueran nomás números como migrantes que no ves a los ojos ni sus dolores, sino personas, para crear un poco de empatía, despertar un poco la conciencia y tener la fantasía de que se pueden cambiar las cosas, de respetar los derechos de los migrantes, porque las fronteras las pusimos nosotros, el mundo no nació con muros.

La decisión de Lucía de dejar a sus hijos solos, encerrados, para irse a trabajar no se toma fácilmente, no es por gusto ni por capricho, advierte Reyes Arias, es por necesidad, pero sí es fácil juzgar.

¿Qué son para usted y Lucía?

–La película para mí es empatía, humanidad, amor y familia. Y Lucía es un personaje que me hizo crecer mucho como persona y al que le tengo mucho cariño, no tengo la palabra políticame­nte correcta para expresarlo, pero Lucía tiene tantos güevos, tantos ovarios para enfrentar la vida, que la admiro.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico