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Venezolanos tocan puerta chilena
Desde Bolivia, venezolanos migran hacia Chile buscando mejores oportunidades.
Cientos de migrantes con niños, la mayoría venezolanos, ingresaban ayer a Chile por pasos clandestinos en la frontera con Bolivia, a pesar de que el Gobierno chileno anunció que retomará las expulsiones de quienes entren al país de forma irregular.
Los migrantes, que buscan ayuda básica y refugio, ingresan de manera constante durante todo el día por Colchane, una localidad rural de poco más de mil habitantes en el altiplano. Junto a la migración clandestina en este sitio árido y de frío extremo, a más de 3 mil 600 metros de altitud, ha crecido también el negocio de transporte ilegal, y el precio de acercar a un migrante a las ciudades alcanza 70 dólares por persona.
“Si alguien me da agua, ya se me pasa todo. Esto es para volverse loco”, dijo Xiomara, de 30 años, arrastrando un coche con un bebé tapado de cobijas y abrigos de adultos en una mañana a 2 grados bajo picos nevados. Al entrar a Chile, Xiomara caminó hasta una comisaría de Carabineros para “autodenunciarse”, como dicen las autoridades. Los nombres de quienes se entregan son incluidos en un registro y eso ayuda a mujeres y niños a ser trasladados 250 kilómetros hasta Iquique, ciudad portuaria del norte de Chile.
“Pero esto nos sobrepasa, somos más de 100 soldados destacados en este punto fronterizo, y uno controla una parte y pasan otros cientos por otro lado. Este mes ha sido súper fuerte, no paran de llegar”, confesó un militar que pidió no revelar su identidad, apostado cerca de un hito que separa Chile de Bolivia. Carpas de la Organización Internacional para las Migraciones al lado de la comisaría están repletas de migrantes que duermen para evitar el frío extremo.