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LA CIUDAD LUZ Y LOS DESTELLOS DE LA MODA
Mientras Dior cambia de línea, Yves Saint Laurent regresa con el deseo de emancipación y se rinde homenaje a la locura creadora de Thierry Mugler
La Semana de la Moda de París no ha decepcionado a nadie, luego de su regreso triunfal tras una pandemia que privó a los fashionistas de las creaciones de los más importantes diseñadores del mundo.
El confinamiento trajo un cambio radical en la nueva colección femenina de Dior: colores vivos, ropa deportiva, siluetas visibles y sencillas inspiradas en los años 60.
Vestidos de corte trapecio en verde y naranja, con enormes lazos, abrigos color coral y lavanda, pantalones cortos, minifaldas y chaquetas estructuradas: la colección primavera-verano 2022 rompe con el estilo habitual, fluido y matizado, de la directora artística de moda de mujer de Dior, Maria Grazia Chiuri.
“Hay un cambio en cómo nos sentimos, nos vemos todos más vulnerables, y cada uno responde a su manera, unos desean aislarse y otros vivir intensamente. Para mí, hay que vivir todos los días”, declaró la creadora italiana durante el primer pase.
Ropa ajustada para mujeres liberadas y activas, tan revolucionario como el New Look de Christian Dior tras la Segunda Guerra Mundial.
ESPECTACULAR RETORNO
Yves Saint Laurent volvió a la Fashion Week parisina tras haber sido la primera marca en dejarla por el covid, frente a la Torre Eiffel.
Vestidos pegados al cuerpo, expuestos por modelos en altas zapatillas de tacón, fueron la pieza fuerte de la colección. En negro, color fetiche del estilista, azul eléctrico o malva, con impresiones de flores “sacadas de los archivos y más agresivas”.
“Esta colección es un deseo de emancipación, para retomar el hilo conductor de una seducción subversiva”, subrayó Anthony Vaccarello en el escrito referente al desfile.
Novedad del lado de la silueta: vestidos muy largos, blancos, negros o rojos con hombros pronunciados. “Largos, muy largos, pues mostrarse hoy es un arte”, subrayó el estilista.
Los guantes de colores vivos rojo o azul dieron fuerza a las prendas junto a grandes joyas doradas.
MODISTO FETICHE DE ÍCONOS
La Semana de la Moda de París también rinde homenaje a la exuberancia y la locura creadora de Thierry Mugler, diseñador de moda, artista y fotógrafo que marcó época en los años 1970 y 1980 con sus espectaculares desfiles, tan alejados del mundo virtual que trajo el Covid-19.
“Es importante mostrar lo que representa Mugler en 2021 para las nuevas generaciones, que son quizás más uniformes y menos proclives a la creatividad en una moda más comercial”, explica Thierry-Maxime Loriot, comisario de la exposición homenaje que abre hoy en el Museo de Artes Decorativas.
Fue uno de los modistos fetiche de iconos como Madonna, más adelante de Beyoncé, o de tops models como Linda Evangelista. Era la época dorada de los desfiles espectaculares, lujosos, sin reparar en gastos ni pequeños o grandes escándalos.
Y un ejemplo de esa creatividad sin freno es el “vestido quimera” escogido para ilustrar la exposición: cada escama fue realizada y pintada a mano. Un trabajo de dos años, para que fuera admirada solamente dos minutos en la pasarela.
Otras locuras fueron el vestido “insecto” que portó Jerry Hall en 1997, o el corsé en forma de manillar de moto de Emma Sjöberg en 1992, utilizado en el videoclip Too funcky, de George Michael...
“Yo no hacía moda, no seguía
ninguna tendencia. Explicaba una historia, y la perpetuaba de alguna manera”, recuerda Thierry Mugler (ahora con 72 años) en el catálogo de la exposición.
Sus corpiños eran de metal o de plexiglás, sus vestidos usaban el caucho, el látex en lugar del cuero, las falsas pieles encima de los trajes chaqueta de vinilo. Y toneladas de maquillaje sobre las modelos, en una hipersexualización de la mujer que la volvía más poderosa si cabe.
La exposición de Thierry Mugler será presentada como una “ópera en nueve actos” con instalaciones y efectos visuales.