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RÉGIMEN TALIBÁN: VIAJES SÍ... MÚSICA NO
Desde la toma de su capital, Kabul, el 15 de agosto, Afganistán vive las consecuencias de la instauración y las decisiones del nuevo gobierno que correa cargo del Talibán.Dos cosas llaman la atención sobre el nuevo régimen: lo que dice y lo que hace, pues ayer anuncia la apertura de las oficinas de expedición de pasaportes... días después de tratar de impedir la salida de un centenar de hombres y mujeres miembros del Instituto Nacional de Música de Afganistán.
Hace unos días, el fundamentalista hizo de todo por impedir la salida a más de 100 estudiantesy profesores del principal instituto de formación musical del país. Embajadas extranjeras formaron parte de la operación que encontró su principal problema en el último momento, pues autoridades talibanes argumentaban
que las mujeres no podrían dejar el territorio debido al tipo de visado y pasaporte que presentaban, aunque finalmente fue posible que abordaran su vuelo rumbo a Qatar.
Ahora, el mismo régimen hace válido el compromiso hecho semanas atrás ante miembros de la comunidad internacional, y reabre la oficina de pasaportes para entregar la documentación pertinente a todo ciudadano afgano que lo solicite y tenga intenciones de salir del país. Para los civiles, la persecución y el temor de ser víctimas de represalias por parte de los talibanes está presente desde antes de la toma de la capital y, para muchos que buscan salir de Afganistán por cualquier vía, esta podría ser por fin una oportunidad.
Según el encargado, la oficina está en disposición de entregar hasta seis mil documentos diarios y respaldar con esto las “buenas intenciones” con las que ahora se quiere dirigir el nuevo régimen.
Durantesumandato(1996-2001), las normas establecían una serie de prohibiciones que iban desde estrictos protocolos de vestimenta e interacción social -para las mujeres-, hasta las que restringían el consumo general de películas o televisión, incluso escuchar música. Al respecto, el nuevo Talibán promete ser más moderado y adaptar sus nuevas reglas a modo de no chocar por completo con la forma de vida que los afganos llevaron durante 20 años... aunque siguen sin pronunciar abiertamente su postura respecto alas manifestaciones culturales.