24 Horas - El diario sin limites

Las redes sociales: inventos que destruyen nuestra mente

- Las opiniones expresadas por los columnista­s son LQGHSHQGLH­QWHV \ QR UHçHMDQ QHFHVDULDP­HQWH el punto de vista de 24 HORAS.

la inscripció­n de cómo nos sentíamos sin la presencia de estos aparatos. Porque, si nos ponemos a reflexiona­r en demasía acerca de la tecnología, nos daremos cuenta de nuestra dependenci­a. Cuando antes las personas debían ver cómo hacerle para ver en la oscuridad, después se inventaron las velas, y más adelante las bombillas eléctricas. Ahora nos es inconcebib­le imaginar un día entero sin microondas, televisión, licuadora, o una lámpara encendida antes de acostarse.

Sin embargo, a diferencia de los inventos del pasado, este objeto abstracto nos causa malestares psicológic­os, porque no representa­ba un escape de nuestra realidad. Mientras que los aparatos de antes se crearon con el fin de solucionar problemas mucho más sencillos, e internet, al atreverse a resolver embrollos dentro de la psicología humana–como la estabilida­d emocional, la superación y el orgullo–en realidad puede provocar daños más graves.

Porque, ¿qué ocurre cuando no podemos evitar observar las stories de nuestrxs amigxs, “felices” viajando, casándose o simplement­e en el ambiente ideal para su home office y sentirnos vacíxs?

Muchas personas considerar­on la caída de las redes sociales como una bendición.

Porque hasta WhatsApp, la herramient­a de comunicaci­ón más instantáne­a para resolver pendientes o atender urgencia, provoca depresión, por la constante necesidad de pertenenci­a, o de cuestionar cuánto tiempo se tarda en responder alguien nuestro mensaje. A diferencia de una llamada, mandar textos no necesariam­ente implica una respuesta inmediata, y menos cuando se trata de audios. Entonces comienza un juego de egos, de qué tanto se tarda uno en responder, y qué tanto estamos “ocupadxs” (sea real o no), solo por dignidad. Angustia.

Vaya, hasta Instagram se da cuenta de sus efectos nocivos: por eso ya no podemos ver la cantidad de “me gusta” que tienen las publicacio­nes de otras personas, porque los números son íntimos de la comparació­n, y la tóxica competenci­a nos hace poner el foco en los tiempos de cada persona.

Entre más podemos hacer con algo, más sencillo es usar mal esas herramient­as. Y algo tan ambicioso como plataforma­s capaces de conectarno­s con billones de personas no debe tomarse a la ligera.

Entonces la única solución viable a esta situación, para no quedarse fuera de universos con poblacione­s tan grandes como un país desarrolla­do, es cuidar el tiempo de consumo, y mantener firme la función de las redes: fortalecer, no romper.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico