24 Horas - El diario sin limites
‘Trump colombiano’ alcanza a Petro
Parejos. Dos puntos separan a los candidatos a la presidencia; van tras voto de la derecha y de los jóvenes abstencionistas
Los colombianos han arrojado una moneda. Hoy, el destino del país se discute a partes iguales entre los dos candidatos que avanzaron a la segunda ronda de votaciones... Pero mientras la atención está puesta en el siguiente llamado a las casillas y la personalidad de quienes ya desbancaron a la derecha en el país, los problemas que aquejan al territorio siguen ahí.
Solo cuatro días han transcurrido desde la esperada victoria del izquierdista Gustavo Petro, y la sorpresa que surgió de las casillas con la remontada de Rodolfo Hernández por encima de Federico “Fico” Hernández, y ayer se dio a conocer el primer estudio de opinión para conocer la preferencia de los ciudadanos rumbo a la cita del 19 de junio.
La encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) arroja que Hernández tiene 41% de apoyo frente al 39% de Petro... aunque eso no le da la ventaja en automático, pues el organismo señaló que la encuesta tiene un margen de error de 2.8% en una muestra de mil 200 colombianos consultados.
Al respecto, analistas estiman que para Petro será más difícil superar la cifra de 8 millones de votantes que obtuvo el fin de semana, y lo sabe.
Ahora, el candidato de izquierda se dispone a volcar esfuerzos para atraer a la juventud abstencionista del país, en tanto que Hernández acapara a los simpatizantes de la derecha con una estrategia que analizan los expertos en marketing por apelar a los sentimientos más básicos de las personas, y recoger dos tipos de indignación: contra el gobierno y contra Petro.
LA REALIDAD QUE AFRONTARÁ
Mientras la discusión sigue enfocada en las urnas, la población más vulnerada teme que ni el inevitable viraje logre hacer algo por solucionar temas como el de la probreza.
En la capital, Bogotá, se producen cada día 7 mil 500 toneladas de residuos y solo 16% se recicla, en buena parte debido a la labor de los “basureros”, un ejército de hombres, mujeres y niños en situación de pobreza extrema que recorren los barrios acomodados para hurgar en la basura y conseguir residuos que después intercambian por algo de dinero.