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Él presionó para que se violaran protocolos y normas
Rusty Bowers fue uno de los varios altos funcionarios estatales republicanos que se vieron envueltos en el intento de frustrar la voluntad de millones de votantes basándose en falsas reclamaciones de fraude, determinó el comité tras varias horas de conversación.
Para mostrar el efecto en los funcionarios locales, el senador estatal de Michigan Mike Shirky dijo a los investigadores que recibió 4 mil mensajes de texto después de que la campaña de Trump publicara sus datos personales en línea. La gente que creyó “esa mentira” busca llegar a cargos públicos, agregó, ¿qué pasaría entonces?
De fondo, se trata de las evidencias de cómo los republicanos presionaron a las autoridades para que Trump permaneciera en la Casa Blanca.
“Un puñado de funcionarios electorales en varios estados se ubicó entre Trump y el derribo de la democracia”, dijo el presidente del comité, Bennie Thompson, “presionarlos para que traicionaran su juramento era parte de la estrategia”.
Los siete demócratas y dos republicanos que conforman el comité construyen a partir de las audiencias su caso: los esfuerzos de Trump para anular su derrota implican una conducta ilegal, más allá de la dinámica política.
Rusty Bowers, presidente de la Cámara de Representantes de Arizona, habló sobre las presiones que recibió de Trump y Giuliani. El presidente exigió convocar una audiencia en el Capitolio del estado de Arizona para investigar acusaciones de fraude electoral. Bowers dijo que le respondió que las pruebas no justificaban una audiencia y que no lo utilizara “como peón”.
“Me pide que haga algo en contra de mi juramento”, replicó Bowers a Trump.