24 Horas - El diario sin limites
El adiós a 2 amigos cercanos al pueblo
Ellos ya habían decidido morir en Tarahumara, el señor se los concedió, pero nunca pensamos que iba a ser tan pronto y de esta manera.
Eran de corazón muy humilde, muy sencillo, siempre muy cercanos al pueblo, sin duda.
Siempre optimistas los dos, de gran espiritualidad, pero principalmente, muy cercanos a la gente así es como los voy a recordar siempre.
Nos conocimos muy jóvenes y los recuerdo a ambos con mucho entusiasmo, con mucho agradecimiento de ser jesuitas, por ser de la Compañía de Jesús, con una vocación muy clara al sacerdocio.
Coincidimos en el seminario en algún momento, porque tanto Joaquín Mora como Javier Campos iban delante de mí en la formación. Ellos entraron uno o dos años antes.
Ambos eran muy, muy tranquilos, muy humildes y cercanos al pueblo y tenían muy definido, como todos los jesuitas que estamos aquí, que querían estar en la sierra Tarahumara.
La vida Tarahumara y de los jesuitas seguirá igual, seguiremos caminando con la gente, una muerte no nos frena, al contrario, nos impulsa a seguir adelante y fortaleciendo las acciones de caminar con los demás, es lo que ellos hubieran querido.
Ya vendrán a Cerocahui otros compañeros nuestros, esperamos en Dios que puedan suplirlos y tomar la estafeta y seguir adelante. Desde que llegamos a Tarahumara y optamos por venirnos para acá no ha sido fácil ni sencillo.
La estafeta que nos dejaron los antiguos fue de mucho trabajo y mucha historia, que es la misma que dejan el padre Gallo y el padre Morita llevando a cabo ese trabajo, Javier con poco más de 50 años y Joaquín más o menos unos 25 años.