SANTUARIO CULINARIO
En Amberes, el diseñador holandés Piet Boon convirtió una antigua capilla en un restaurante de alta cocina.
En The Jane el comensal degusta sabores delicatessen
a la vez que experimenta música genial, así como texturas y patrones únicos.
Cuando la alta cocina se fusiona con el rock´n roll el resultado es un espacio que presume un diseño vibrante y con mucho carácter.
Todo empezó en 2011, cuando los chefs Sergio Herman (estrella Michelin) y Nick Brill se plantearon la idea de emprender juntos un restaurante, en Amberes. Fue entonces cuando nació The Jane.
A la aventura gastronómica se añadió otro atractivo particular, el emplazamiento del restaurante, ya que The Jane fue concebido en la capilla antigua de un hospital militar. El responsable del diseño, interiorismo y supervisión de la obra de esta peculiar reforma fue el holandés Piet Boon. Basado en su creencia en la autenticidad y la funcionalidad, así como en la evolución natural de los materiales del lugar, que envejecieron de manera genial, el estudio optó por restaurar sólo lo necesario de la capilla y preservar el resto.
El edificio de The Jane cuenta con dos niveles. En la planta baja se encuentran el restaurante gourmet y la cocina, y en la planta superior está la gran barra de bebidas y comida. Bajo la premisa de los chefs, “la comida es nuestra religión”, el altar original dio paso a la cocina para ser abrazada por un cristal como una capilla moderna, lo que permite a los comensales ser testigos de lo que en la cocina se crea para ellos.
En The Jane, y como norma general en muchos de los proyectos del estudio de Piet Boon, colaboraron otros socios creativos conocidos en la escena artística actual para dar forma y personalidad a este “restaurante místico con experiencia rock’n roll”. Studio Job, Mathieu Nab y .PSLAB son algunas de las firmas invitadas a este concepto de remodelación integral.
Bob Smeets y Nynke Tynagel, de Studio Job, remodelaron los vitrales de la antigua capilla, para dar vida al restaurante, por lo que alternaron escenas sacras con imágenes de comida, plantas, animales, calaveras, postres, incluso con máscaras de gas, en un tono satírico, sello del trabajo del dúo.
El atelier .PSLAB, con sede en Beirut, fue el encargado del diseño y la producción de iluminación, por lo que propuso un plan maestro con el fin de acentuar los elementos únicos tanto del edificio como del interior. Como parte de esta propuesta, el “plato principal” es una gigantesca lámpara de 800 kilogramos de peso, de 12 por nueve metros, con más de 150 focos, que fue dispuesta en el centro para brindar carácter al lugar.
Finalmente, el techo —que destaca como parte fundamental del espacio— se ha conservado intacto y aporta el ambiente místico necesario para lograr una auténtica experiencia culinaria. Sin duda, Piet Boon y su equipo creativo supieron concebir un restaurante escénico mediante la perfecta combinación del arte de la ingeniería y el mundo gourmet.