INGLATERRA
Para Debbie Roberts e Ian Smith es esencial integrar una casa en el jardín y un jardín en su entorno. Para lograr este objetivo se enfocan en escoger las plantas y los materiales que corresponden al carácter y a la ubicación de cada sitio.
Los dos arquitectos de paisaje ingleses, fundadores del despacho Acres Wild en 1988, se especializan en una disciplina íntima: el diseño de jardines. Su método de trabajo tiene siete etapas: la visita inicial —para definir los gustos y requerimientos del cliente—; un estudio cuidadoso del sitio para preparar el proyecto; el masterplan, para enseñar a qué se parecerá el jardín terminado; el plano general —que incorpora todas las especificaciones para establecer el presupuesto final—; el plano de las plantas, que describe qué tipo de plantas habrá y dónde se colocarán; el monitoreo del proyecto —en todas las fases de implementación—; y, finalmente, el equipo de Acres Wild puede dar mantenimiento al espacio o explicarle al cliente cómo hacerlo, y replantar en un futuro en caso de que sea necesario.
El proyecto consistió en transformar un jardín en Surrey —al suroeste de Londres— e incorporarlo a una casa que antes era un molino. Con las fuentes y los estanques se trató de hacer referencia al río Wey y a un lago cercano.
El equipo de Acres Wild concibió una serie de espacios outdoors que se conectan entre sí y que evolucionan. En las terrazas y desde la alberca se descubre un jardín familiar íntimo con vistas. Poco a poco, el paisaje se extiende a una avenida de árboles y un huerto hasta llegar a un lago con muelles. Romántico, atemporal y apacible, este jardín revela todo el encanto del campo inglés.