ARQUITECTURA PÚBLICA
Una casona del porfiriato resurgió con estructuras cristalinas y líneas depuradas en la Ciudad de México.
Revalorar el pasado
El número 44 de la calle Marsella, en la colonia Juárez, renació con un nuevo lenguaje arquitectónico y un diseño interior que articulan el pasado y el presente de forma virtuosa. Esta antigua casona del siglo XIX fue reinventada potenciando la estructura previa, a partir de la adición de un edificio para albergar las nuevas oficinas de rectoría de la Escuela Bancaria y Comercial. Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo de Taller resolvieron los espacios a manera de pabellones, con una estructura ligera que dialoga con la vegetación, respetando y entendiendo el contexto histórico. Los altos salones preexistentes en la casa fueron destinados para recibir al público, ya que poseen un acceso independiente. Las áreas de oficinas de uso exclusivo de los empleados de la escuela se distribuyen al fondo y hacia la nueva edificación de tres niveles, comunicados por una esca-
Después de más de un siglo de vida, esta casona antigua renace conjugando dos eras en perfecta armonía.
lera en el patio central, que permite a los usuarios disfrutar el sitio desde recorridos diferentes. Así, los espacios antes abandonados como antiguas bodegas, cuartos de máquinas y azotea se convirtieron en zonas luminosas y ventiladas, rodeadas de exuberante vegetación. La composición estética armoniosa es resultado de las interesantes propuestas interdisciplinarias que generaron los arquitectos Mauricio Rocha y Gabriela Carrillo, involucrando expertos en distintas áreas como la respetuosa restauración al mando de Rodrigo Remolina, SAAD Acústica, en el proyecto de instalación acústica; Luz en Arquitectura, en el diseño de iluminación; Entorno, quien propuso el original paisajismo; y Esrawe, a cargo del mobiliario que viste la casa y que, en conjunto, hizo renacer a la Escuela Bancaria y Comercial.