ARTE6
Nacer en el seno de una casa donde el arte era el pan de cada día lo convirtió en un artista autodidacta desde que, siendo un niño, absorto disfrutaba del trabajo de su padre dibujante, pintor y publicista. El taller de su papá y las vivencias bajo el agua en sus primeras clases de natación, le mostraron una realidad impactante y nueva para un chico de su edad, la cual quiso plasmar en el lienzo a través de dibujos en carbón y patrones que convierten los escenarios comunes en visiones transformadas. Ese artista plástico mexicano se dejó influir por la tradición de pintura al fresco de la Italia entre los siglos XIII y XIV, del espacialismo fundado por el italoargentino Lucio Fontana y el paisajismo romántico; de ahí su admiración por Lorenzo Guzzo, Giotto di Bondone y el mismo Fontana. “La inspiración nace de un todo en el que confluyen varios intereses: el pensamiento físico desde los primeros filósofos milesios hasta las teorías actuales, el nado como recurso plástico epistémico y lo crucial del agua como material fundamental de mi trabajo. También el torrente de imágenes que suponen las mitologías antiguas, particularmente la mexicana, la griega y la hebrea. Sin embargo, mi obra no declina en la ilustración de tales ideas sino en el pensamiento plástico multívoco y no discursivo”. Y así, Rangel vive ese vértigo al iniciar una obra y la satisfacción de todos los procesos implicados en sus proyectos, incluso aquellos aparentemente menos afortunados, en su taller en lo alto de una montaña, muy cerca de la piscina en donde nada todos los días justo al comenzar el día.