INTEGRACIÓN ESPACIAL
UNA RESIDENCIA CUYA ARMONÍA LUMINOSA SE DA GRACIAS A LA FLUIDEZ ENTRE INTERIOR Y EXTERIOR.
La arquitecta mexicana Verónica González crea una residencia íntima donde el interior y el exterior se vuelven un mismo elemento.
Diseñar una casa que se integre perfectamente al entorno y que, a la vez, conserve una sensación íntima y acogedora, puede ser un gran reto, pero con la propuesta de la Casa P29, la arquitecta Verónica González ha demostrado su talento para lograrlo de forma armónica. Para que este nexo franco y orgánico pudiera llevarse a cabo, resultó esencial partir del paisaje al desarrollar la residencia. “Diseñamos a partir del sitio, lo que quiere decir que las orientaciones y las vistas son las que nos dictan la volumetría, las ventanas y los volados. Utilizamos el paisajismo como estrategia de vinculación con el lugar, utilizándolo como elemento compositivo y no únicamente decorativo, de tal suerte que resulta imposible separarlo del diseño arquitectónico”, explicó Verónica González.
Así, las diversas áreas de esta casa ubicada al poniente de la Ciudad de México se abren de extremo a extremo, ligando las terrazas y los jardines en un flujo continuo, tanto, que algunos de los espacios funcionan casi como un puente entre un jardín y otro.
Por ello, uno de los grandes aciertos de la propuesta radica en la selección de los materiales, pues de esta manera cada elemento al interior manifiesta esa continuidad que otorga cohesión y congruencia.
“Siendo consistentes con el proyecto arquitectónico, buscamos la armonía ante todo, por lo que mantuvimos la paleta de materiales en un mínimo que amarra conceptualmente toda la casa. Rodeada de jardín o terrazas en todas las fachadas, el concreto funciona como estructura y acabado a la vez, siendo éste y el vidrio de las ventanas los materiales predominantes. La vegetación es el tercero y la piedra el cuarto”, indicó la arquitecta e interiorista.
Asimismo, VGZ Arquitectura, el despacho que dirige González, se hizo cargo del proyecto de interiorismo de esta casa, de manera que, una vez definidos los volúmenes, el diseño se realizó desde adentro hacia afuera.
“Toda la carpintería se concibe de la mano con los clientes, por lo que, además de puertas, muebles de baño y clósets —que normalmente es lo que consideramos dentro de la carpintería de obra—, diseñamos todos los libreros, escritorios, muebles para TV, camas y mesas de noche. Estamos particularmente orgullosos de la celosía del comedor que se corre y transforma el espacio; también nos gusta el escritorio del estudio”, aseguró.
Especial atención merece el trabajo que Verónica González realizó de la mano de Andrea Sánchez Conde para lograr una iluminación cálida en la residencia, así como la selección de la paleta en tonos neutros con algunos acentos de color en mobiliario y accesorios para reforzar la armonía y la tranquilidad de los ambientes sin perder personalidad.
“Nuestro principal instrumento de diseño es la luz natural, por lo que la iluminación va de la mano con la intención final. Mantuvimos tonos neutros, principalmente en gris y madera, e introdujimos el color en detalles como el tapete turco en mostaza del family o las sillas moradas de la mesa de juego. Los tonos verdes de la vegetación atraen el neutro de la madera y la piedra, por lo que se siente una tonalidad fresca. Es una casa acogedora y cálida, llena de luz y que fluye”, concluyó Verónica.
“ES UNA CASA QUE FLUYE Y PIERDE FRONTERAS ENTRE ADENTRO Y AFUERA”, VERÓNICA GONZÁLEZ.