SORPRESA CONTINUA
En Los Hamptons, este refugio familiar desprende tranquilidad.
ASH NYC es experto en una disciplina cada vez más en boga: el staging. Sus diseñadores saben perfectamente cómo transformar un espacio gracias a piezas de mobiliario, telas, colores y materiales. Además de su despacho en Brooklyn, la firma abrió recientemente otra oficina en Los Hamptons, el lugar predilecto de los neoyorquinos que suelen pasar allá sus fines de semana y vacaciones para recargar baterías. En el tranquilo pueblo de North Haven, rodeado de agua y de árboles, se sitúa una nueva vivienda de una superficie de 632 metros cuadrados con cinco recámaras. “Cuando empezamos este proyecto, la casa estaba vacía y a la venta. Nos encantó el reto y la oportunidad de demostrar el valor de nuestro staging, que tiene la habilidad de transformar por completo la percepción de cualquier persona que descubre el espacio”, comentó Andrew Bowen, el director de staging de ASH NYC.
Según el equipo de diseñadores, la arquitectura de la casa conformaba la tela de fondo perfecta para crear un estilo elegante, alejado de la estética de los cottages tradicionales de la zona.
En la planta baja, un vestíbulo abierto invita a entrar en el espacio de vida principal de doble altura adornado con una chimenea acogedora. A la izquierda, se llega al comedor
“Esta casa es la combinación de dos fuerzas: el deseo de un refugio apacible y el deseo de un estilo de vida moderno”, ANDREW BOWEN.
y a la cocina, mientras que atrás de la sala principal hay otra más pequeña y un dormitorio. El piso superior alberga una oficina y la master suite en una de las alas, así como dos recámaras de invitados en la otra. En el nivel inferior se reúnen una sala de televisión, un cuarto de juegos, una cava, una ducha de vapor y otro dormitorio.
“Fue importante reflejar una sensación de relajación y crear un refugio alejado de la vida urbana, pero al mismo tiempo le tenía que gustar a alguien que vive en la ciudad”, destacó Andrew Bowen. La paleta cromática restringida y neutra consta de tonos blancos y marfil que se complementan con toques negros. Cada espacio cuenta con un color adicional para hacerlo único, como el café en el comedor. Los materiales son de alta calidad, ostentan una estética casual y son naturales en su gran mayoría. A la madera, el lino, el algodón y la lana, se suman el vidrio y el acero que crean una sensación de ligereza. Piezas clásicas mid-century de Poul Kjaerholm y Marcel Breuer se combinan con muebles contemporáneos de Christian Liaigre, Kalmar y ASH.
“Gracias al plano con forma de L y los tres niveles, esta casa tiene un elemento de sorpresa en cada esquina que la hace única”, comentó Andrew Bowen.