Volver a empezar
En Uruapan, Michoacán, se alza el Refugio para Mujeres Víctimas de Violencia, una estructura pensada desde la inclusión con una promesa de seguridad y nuevos comienzos.
La puede cambiar para bien al hombre y a la mujer. Propicia la generación de
OMAR GONZÁLEZ PÉREZ
Los autores de esta obra, Hugo y Omar González Pérez, idearon el proyecto con una profunda carga simbólica que se refleja en una estructura de un solo nivel con arquitectura hermética por fuera y cálida al interior: “Es un edificio ausente al exterior, completamente introspectivo. Ingresas por un ‘túnel de oscuridad’ que acentúa la sensación que te acompaña por la violencia vivida; al final se observa una luz como símbolo de esperanza, que lleva a un patio de planta triangular pintado de amarillo para destacar el brillo del sol”, compartió Omar González.
Se trata de un verdadero ejercicio de arquitectura humana pensada desde las necesidades no solamente básicas, sino afectivas, políticas, culturales y sociales. Incluso, nos podría remontar al concepto de arquitectura emocional de Mathias Goeritz, estética y funcionalmente, pues los muros dialogan directamente con las habitantes y dejan claro esa relación intrínseca entre el espacio y el ser a través de la elección de colores, los muros robustos, la ausencia de divisiones, el recorrido y los detalles geométricos casi esculturales, como el gran prisma amarillo que enfatiza la entrada al inmueble. Es más que la construcción de un edificio, como asegura Origen 19º41’53” N, este tipo de arquitectura apunta hacia la configuración de la ciudadanía, las oportunidades y los nuevos comienzos.
Dentro, los espacios están ideados para relacionarse entre sí mediante un diseño pragmático con líneas horizontales y diagonales continuas para una experiencia de comunicación completa: “Los espacios establecen un diálogo permanente con el vacío, con la naturaleza, con la vida. La interacción entre las personas también es permanente, pues se generaron recorridos para el disfrute total de las áreas exteriores, funcionan como un lugar de encuentro”, añadieron Hugo y Omar.
Es importante crear obras dedicadas a la inclusión, como el Refugio para Mujeres Víctimas de Violencia, pues, como aseguran sus creadores, la belleza del inmueble radica en su objetivo: concebir un lugar de recuperación conectado con la naturaleza, un impulso para revalorar la vida.