Edén ecuestre
Un paraíso hípico, de geometría pura y materiales de la región, se asoma entre la vasta vegetación del bosque de Tapalpa.
Dentro de un complejo de grandes residencias de descanso ubicado en Tapalpa, Jalisco, Rancho San Francisco se convierte en el escape ideal para una pausa en la naturaleza. Diferentes áreas comunes permiten la existencia de un pequeño tejido social entre los habitantes, en donde sobresale el espectacular espacio de las caballerizas, un lugar para la convivencia familar que hace honor al arraigo ecuestre de la región.
El proyecto se vale del contexto natural para permitir que las caballerizas se integren al paisaje. La construcción se alza sobre una pequeña colina donde paredes de piedra volcánica dan forma a la arquitectura del lugar. Tanto las columnas del pórtico como la estructura de las cubiertas son de pino originario de la región. El trabajo de la madera y los remates de mampostería pintados de negro se fusionan con la pizarra del mismo tono que cubre los techos inclinados de todo el complejo. En el proyecto fue esencial la integración de los espacios exteriores e interiores, por lo que cada eje remata en un vano, con el objetivo de prolongar los corredores hasta el exterior y permitiendo las vistas al paisaje en todos los espacios. De igual manera, estos vanos muestran un poco de la relajante vida interior desde afuera. En la terraza puede apreciarse en primer plano el corral con las montañas de fondo y un pequeño estanque formado por las lluvias que componen un escenario de ensueño para la equitación. “Es probable que más allá del programa de las caballerizas, el valor del edificio recaiga en los constantes recuerdos que generan sus pórticos, sus aulas y sus patios: recuerdos de las viejas casonas de pueblo”, expresaron los creativos de AE Arquitectos.
La cuidada selección de materiales originarios de la región, la perfecta integración de la arquitectura con el paisaje natural y el propósito de crear un espacio para la convivencia y el deporte hípico, hacen de este proyecto una verdadera muestra de maestría arquitectónica, que lejos de irrumpir en el entorno, alaba las vistas del sorprendente bosque de Tapalpa.