ENCANTO COSTERO
Con vistas hacia el espectacular mar oaxaqueño, Casa Cal nace como un íntimo refugio para los amantes de la tranquilidad.
Desde hace décadas, la belleza de la costa oaxaqueña ha conquistado los corazones de todo tipo de viajeros, especialmente de aquellos que disfrutan del contacto cercano con la naturaleza. Enclavada en la pintoresca comunidad de Santa Elena, Oaxaca, Casa Cal pertenece a un desarrollo de seis unidades que originalmente había sido proyectado como un conjunto de 12 residencias dispuestas en dos líneas. Sin embargo, para aprovechar al máximo el terreno y crear un espacio dedicado al alojamiento temporal costero, el arquitecto José Alfonso Quiñones, de BAAQ’, decidió utilizar la cimentación y algunos elementos estructurales ya existentes para desarrollar una casa turística adaptada a su entorno.
Una de las peculiaridades del proyecto es la inversión del orden de las áreas públicas y las privadas, pues en Casa Cal las habitaciones se encuentran en la planta baja, mientras que zonas como la piscina y el comedor se encuentran en la planta superior.
“Yo estaba viviendo en Puerto Escondido en ese tiempo y ya había aprendido bastante más sobre hacer una casa en ese clima y con esas condiciones. Obviamente, lo ideal era que las áreas comunes tuvieran vista al mar y, si yo seguía el programa tradicional, sólo iban a ver plantas. Por eso, decidí ponerlas arriba y flanquearlas con este muro blanco, con el fin de que las vistas estuvieran dirigidas a un solo punto y no hacia las otras casas”, explicó el arquitecto.
Adicionalmente, esta disposición genera una sombra gracias a la palapa que se encuentra encima de las habitaciones, la cual facilita que la temperatura se mantenga en un nivel confortable al evitar el calentamiento excesivo de las lozas.
“Es un proyecto muy lógico, mi inspiración fue completamente racional y, a la vez, es una casa que se disfruta mucho. La satisfacción más grande la tengo cada vez que voy, la visito y la habito”, compartió José Alfonso Quiñones.