GENIO Y DECORACIÓN
El nombre que simboliza un siglo de arte y diseño. Una vida hecha entre pinturas, proyectos y exhibiciones.
El nombre que simboliza un siglo de diseño y decoración. Una vida entre pinturas y exhibiciones.
barnaba Fornasetti solía ser un joven rebelde, pero hoy en día es el maestro de la elegancia que carga con la tradición creativa de su padre. Piero Fornasetti nació en 1913 en Milán. Barnaba es el heredero físico y espiritual del más grandioso diseñador de interiores del siglo XX. Pintor, impresor, diseñador, coleccionista, estilista, artesano, decorador, galerista e inventor de exhibiciones, Fornasetti tenía una personalidad tan rica como compleja. Diseñó y creó alrededor de 11 mil piezas, desde objetos hasta decoraciones, un caleidoscopio de dibujos y proyectos, así como un universo donde la exactitud del proyecto, el arte y la artesanía constantemente se mezcla con su desenfrenada imaginación, conformada por inventos surrealistas y poesía. Barnaba mantiene vivas las actividades y la memoria de su padre al continuar creando y manufacturando; habla sobre su trayectoria comenzando por sus inicios como pintor, después habla sobre la cercana colaboración con Gio Ponti en las décadas de los 50 y 60, los tiempos difíciles durante los 70, y finaliza con su muerte en 1988. “Le encantaba bromear con los objetos, especialmente con las bandejas, y una vez dijo: ‘Me considero a mí mismo como el inventor de las bandejas porque en cierto punto de nuestra civilización, se nos olvidó cómo entregar una bebida, un mensaje, un poema’. Nací dentro de una familia con un gusto impecable, e hice que éste fuera la clave para liberar la creatividad”. Barnaba aún vive en la casa construida por su abuelo entre los finales del siglo XIX y los principios del XX, en el distrito Città Studi, en Milán. Adentro existe una serie de habitaciones donde la decoración reina sobre todas las cosas en un caos creativo propio del ADN de la familia Fornasetti.
“A Fornasetti sólo se le puede medir con un metro Fornasetti”, BRUNO MUNARI.
Barnaba es un emprendedor, y el creador de nuevas colecciones de mobiliario. Su forma de vestir alude al estilo refinado de los caballeros de antaño. “A mi atuendo jamás le hace falta una corbata y un chaleco. Me gusta mezclarlos de formas extravagantes, de este modo se convierten en accesorios singulares e interesantes”. Le encanta jugar con atrevidas combinaciones de colores y estampados con un gran humor y un gusto estético que le permite hacerlo sin verse ridículo. En su saco, el clip que sostiene la cadena de sus anteojos tiene forma de pistola. “Me gusta esta imagen y la veo de forma irónica, no como un instrumento de muerte. Dentro de la colección tenemos una decoración que es la combinación de distintos dibujos de armas antiguas. Para bajarles el tono pensé en pintarlas con colores llamativos”.
En la sala de estar hay una pared verde que aloja una colección de espejos diseñados por Piero, mientras que sus pinturas están en la exhibición. “Tenemos cientos de ellos, y cada uno representa la influencia artística de un momento preciso conectado con los artistas que frecuentaban su estudio en aquel momento. Morandi, Gio Ponti, De Chirico, los surrealistas… Para acomodarlos, me inspiré en la película de Giuseppe Tornatore La mejor oferta, en la que el personaje principal, un gran experto en arte, convierte su bóveda en una encantadora galería de pinturas”. La marca Fornasetti es famosa alrededor del mundo, y el 80 por ciento de sus ventas proviene del extranjero. Nunca fue publicitada: el nombre no es muy conocido, pero las personas identifican los objetos de inmediato. Es el poder de la imagen, una hiperdecoración que va más allá del clasicismo que a veces puede ser anticuado, que se atreve a usar un nuevo lenguaje que aún sea fascinante. Tal y como lo dijo Bruno Munari: “A Fornasetti sólo se le puede medir con un metro Fornasetti”.
Las piezas son atemporales y se han convertido en parte de nuestra imaginación colectiva. Piero fue uno de los artistas más apreciados de la posguerra y sigue siendo, hoy en día, uno de los más admirados del mundo. Su personaje era aquel de un genio ecléctico: perspicaz y visionario; su gusto era refinado pero irónico. Barnaba, su hijo, es el hilo que permite que las cosas avancen como si nada hubiera cambiado. Sus creaciones nuevas fueron recibidas con aceptación, como la fragancia para
el hogar que hizo con una famosa “nariz” de París, o como la colección Litomatrice, una serie de piezas de mobiliario que se caracteriza por estar recubierta de antiguas placas de zinc que anteriormente habían sido utilizadas para las litografías de las decoraciones originales de Piero Fornasetti en los años 50.
Dos declaraciones hechas por apasionados admiradores de su estilo le dan su lugar en la historia. Philippe Starck: “Cuando me siento perdido o cuando siento pereza, sé que mi fórmula secreta Fornasetti siempre me rescatará de un punto muerto. Cualquier objeto concebido por Fornasetti —la tetera con ojos que tengo en mi cocina, por ejemplo— es como una puerta abierta que de pronto te absorberá, como si estuvieras en el país de las maravillas. Para mí, esto es invaluable. Después de estar 20 años sobre una repisa, esa tetera aún es una puerta abierta. Un objeto concebido por Fornasetti tiene el poder que cambiar la vibración de un lugar porque al colocarse en una habitación, se abre una nueva dimensión, una dimensión de sueños”. Y nada menos que un poeta, Pablo Neruda, otro fanático y coleccionista, llamó a Piero “mago de la magia preciosa y precisa”. •
“Cada espejo representa la influencia artística de un momento preciso” BARNABA FORNASETTI.