CONECTAR CON LA TIERRA
A lo alto de una montaña en Australia se asoma esta casa encantadora de madera.
eEn la Victoria rural emerge esta encantadora casa con vista a una inmensa propiedad que cuenta con colinas, áreas boscosas, y una pintoresca presa con un muelle desde donde es posible clavarse al agua durante los cálidos veranos. Incluso hay algunas vacas que, de algún modo, hacen que este mundo surgido de una postal se vuelva más deseable. Este lugar nació del sueño de un hombre que alguna vez fue un niño de campo, y que quiso brindarle el mismo estilo de vida a sus hijos.
La intención de la pareja, Michael Robertson y Fran Derham, era tener una simple cabaña de madera, pero no tan distinta a las que Michael había habitado en su juventud en Montana, Estados Unidos. También buscaron inspiración cerca de casa y quedaron deslumbrados por la Kempsey Farmhouse, construida por el arquitecto Glenn Murcutt en 1981. Los planes para una choza simple fueron descartados y Michael llamó a su mejor amigo Nick Byrne, un aclamado arquitecto. “Nick es conocido por sus líneas limpias y ángulos esculturales, así que tomamos su visión y le añadimos una vibra rústica con toda la madera reciclada”, añadió Fran.
La construcción comenzó en julio del 2015 y tomó más de dos años. “Fuera de nuestros pueblos indígenas, ¡todos en Australia venimos de otros lugares! Y, justo así, todo en la casa fue inspirado, o proviene, de otros países y culturas. El Cheminée Philippe es francés, la madera oregón rescatada en el interior es americana, la cocina está inspirada en una compañía británica llamada Plain English Designs, pero supongo que la característica que lo convierte en hogar australiano es el uso de maderas como ironbark y eucalipto en el exterior”, explicó Fran.
Tras haber terminado la construcción, Fran pudo enfocarse en los interiores. “Mi visión giraba en torno a dejar que fuera la estrella, pero también añadir colores más claros que iluminaran los espacios”. Fran se acercó a su amiga Lisa, de Lisa Buxton Interiors, para que le ayudara con el mobiliario y la guiara en términos de tonalidades. “Le brindó a los interiores un sentir elegante y acogedor. Su estética sofisticada se yuxtapone con el sentimiento rústico que tiene la casa, el cual eleva el estilo y crea un ambiente de lujo casual. Ahora que hemos llegado a este punto con el interiorismo, me emociona coleccionar arte que funcione ahí dentro… y no es que tengamos muchas paredes libres, dado que todas nuestras ventanas se deslizan hacia los muros para crear ventilación natural. Es casi como si el exterior fuera el arte. La vista es la pintura en la pared y puedes sentarte a observarla todo el día frente a una fogata”, compartió Fran.
Para la pareja, la propiedad está a tan solo hora y media de Melbourne, ideal para visitarla los días libres. Con el trabajo de Fran como productora de televisión, una escapada siempre es bienvenida. Michael está obsesionado con la siguiente fase del proyecto: el jardín. Y, aparentemente, su nuevo pasatiempo es cuidar de su pasto, el cual riega y corta cada vez que puede.
Debido a cómo ha resultado la casa, y lo feliz que les hace compartir este mágico lugar, la pareja ha decidido rentarla a plazos cortos para quien desee visitar Surf Coast y sus alrededores.
La vivienda tiene lugar para 10 personas, y las vistas y las vacas están incluidas en el paquete. Además, “es increíble cómo te hace sentir la casa: conectado con la tierra y con un sentimiento suave de calma. Adentrarte en ella es casi como meterse al mar; hace que el mundo desaparezca. Vivir en una casa construida con madera es una experiencia verdaderamente única y, perdonarán el chiste, pero se duerme como tronco ahí dentro”.