TIERRA DE OPORTUNIDADES
Una propuesta para reestructurar el tejido social y fomentar la movilidad igualadora en Chimalhuacán, Estado de México.
Una propuesta para reestructurar el tejido social y fomentar la movilidad igualadora.
La buena arquitectura es para todos y todas.
El Club de Niños y Niñas es un espacio para el desarrollo físico e intelectual de niños y jóvenes de entre seis y 18 años, donde se ofrecen actividades extracurriculares formativas, artísticas y recreativas, que generan valores positivos e integración comunitaria. Se trata de un programa basado en el modelo implementado hace 150 años por Boys and Girls Club of America, el cual cuenta con cuatro mil clubes en Estados Unidos. El CNYN de México busca lo mismo, convertirse en un lugar digno y libre de violencia, dentro de un polígono de prevención delictiva con índices muy altos.
El trabajo fue realizado pro bono y sin fines de lucro. Además, se consiguieron donativos en especie de materiales de construcción, así como el apoyo de instituciones públicas y privadas; otro acierto destacable del proyecto, no sólo por la labor altruista, sino por los retos que implicó su construcción: “el edificio se fue adaptando a los materiales que diversas empresas y contribuyentes privados donaron generosamente, de esta manera el proyecto arquitectónico se fue definiendo conforme avanzaba la obra, para ajustarse a esta condición”, afirmaron los arquitectos Bernardo Quinzaños e Ignacio Urquiza de CCA.
Repensar los roles de la arquitectura es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, con toda la complejidad y la profunda desigualdad enquistada, que conlleva el crecimiento de las ciudades, y que afecta especialmente a zonas vulnerables como en la que se ubica el Club de Niños y Niñas de México.
Esta obra fue ganadora de Iconos del Diseño 2019, en la categoría Arquitectura Pública, no sólo por su gran aportación a la comunidad, sino por sus imponentes arcos y su audacia en la implementación del concreto. Se trata de un ejercicio honesto y poético con fundamentos humanistas, que apuestan por una verdadera movilidad igualadora desde su localización, Chimalhuacán, Estado de México, hasta sus usuarios: niños y niñas que tendrán oportunidad de desarrollarse en un entorno seguro.
En ese sentido, CCA | Centro de Colaboración Arquitectónica apostó por construir un territorio de paz con un statement claro: la buena arquitectura es para todos y todas. •