DOLCE VITA MEXICANA
Dos artistas italianos se enamoraron de Mérida a tal punto que decidieron diseñar su casa de ensueño en la ciudad yucateca.
a“Ansiosos por conocer el mundo, un amigo nos aconsejó visitar México […]. Fue amor de inmediato, y en viajes siguientes nos sentimos como en casa. Esta atracción se debió a los colores, los aromas, la calidez de la gente y el idioma, pero sobre todo a la cultura profunda y fascinante de este país”, confesaron los artistas italianos Elena Ponzi y Dino de Larocca. La pareja escogió el barrio de Santa Ana —un área en el centro histórico de Mérida, con galerías de arte, restaurantes y un mercado con producto local— para construir su casa, en donde viven gran parte del año. “Nos gusta la zona porque combina la esencia colonial con el aspecto más moderno de la ciudad”, expresaron. Elena y Dino empezaron su experiencia profesional como diseñadores de moda, estudiaron Arquitectura y asistieron a escuelas de arte en Milán. “Hemos concentrado nuestro trabajo en otros campos creativos, así que éste es nuestro primer proyecto de vivienda, que nació de nuestra colaboración y refleja nuestra personalidad en cada detalle”, destacó Dino. En estado de abandono, la propiedad llamó la atención de los italianos por su ubicación y por la gran ceiba. “Sólo conservamos algunas secciones de pared de mampostería, que es el sistema de
construcción tradicional en Yucatán”, comentó Elena. Para el resto, tuvieron que hacer una renovación completa. “Para dos europeos como nosotros, el desafío fue construir una casa en un entorno tropical, con características climáticas y ambientales totalmente diferentes a las que conocíamos”, afirmaron. En el terreno de 600 metros cuadrados, la vivienda cuenta con una superficie habitable de 280 y se desarrolla en un solo nivel, excepto una habitación que ocupa la primera planta. Varias áreas exteriores cubiertas y verdes se alternan con zonas construidas.
“Interpretamos el estilo de la arquitectura mexicana moderna y utilizamos materiales y acabados típicos de la tradición yucateca. En los baños, en la cocina y para la decoración del suelo, empleamos una piedra local llamada crema maya. Para el yeso de la piscina, usamos el chukum, una resina de la corteza de un árbol nativo, y en el jardín sembramos más de 30 tipos de plantas locales, así como algunas palmeras kuka, endémicas de Yucatán y protegidas como especies en peligro de extinción”, expresó Dino.
La integración de la naturaleza, la luz que cambia durante el día y el mirador que ofrece vistas excepcionales de la puesta del sol, son algunos elementos que fascinan a los dueños, quienes se inspiraron en el estilo de Luis Barragán para la arquitectura, y en las bitácoras de sus propios viajes para la decoración.
Las piezas de mobiliario fueron hechas a partir del diseño de Elena y Dino, y fabricadas por artesanos locales o adquiridas también en talleres yucatecos.
“México es una fuente de inspiración para nosotros, desde las geometrías de la escultura y la arquitectura mayas, hasta la obra de Frida Kahlo. Nos inspira también el carácter de Yucatán, donde aún viven la lengua maya y sus tradiciones”, concluyeron los italianos Elena y Dino. •