ENTRE CARACOLES
Este departamento barcelonés modernista renació con espíritu nativo americano.
lLa singular Finca dels Cargols es una construcción de estilo modernista temprano, concebida por el arquitecto Carles Bosch i Negre entre 1895 y 1896, que se erige en el barrio Sant Antoni de Barcelona. Este edificio es llamativo gracias a su fachada adornada con figuras animales y vegetales muy particulares.
Cuenta la leyenda que un matrimonio en busca de caracoles entró a una de las cuevas que existían en Montjuïc y encontró un caldero lleno de monedas de oro. Enriquecidos, encargaron el levantamiento de dos viviendas, justo en el terreno donde se ubicaba su antigua casa. Como recuerdo de su buena suerte, las hicieron decorar con motivos naturales, en especial con caracoles.
Encomendar la restauración integral de un departamento en la histórica Finca dels Cargols al interiorista catalán Noé Prades fue el primer acierto: Noé ha sobresalido por diseñar ambientes que no son neutros ni abstractos, sino que despiertan emociones e invitan a viajar a otros puntos geográficos, a partir de un mueble u objeto no vernáculo.
Para la renovación de este espacio, Prades se inspiró en los indígenas americanos, quienes se denominaban a sí mismos Indé, que significa “la gente; el pueblo”. De su rica cultura y sus costumbres es de donde parte el concepto. El departamento Indé es un espacio que evoca las sensaciones, los colores y texturas de su región. La tierra, los sedimentos, la caña y la naturaleza se hacen presentes en cada elemento. Asimismo, toma como referencias al sol, la luna y las montañas —deidades de los nativos americanos—.
Al entrar, encontramos la cocina de roble y granito con piso de patchwork porcelánico en colores terracota, que remite a los tonos de la montaña. Ésta comunica con el resto de las estancias. El recorrido continúa hacia la sala y el comedor, un monoespacio revestido por caña entrelazada en tono crema tostado (hasta media altura), donde los elementos curvos y circulares rememoran el movimiento de la luna. En la sala, un par de puertas de doble hoja da acceso a la habitación secundaria, por un lado y a un baño para invitados, por el otro.
Al extremo opuesto de la casa emerge la suite principal con sala de baño, protagonizada por un gran armario de la colección Moon que simboliza el solsticio, y una cabecera en arcos que representan la salida del sol. Gracias a su atención en la proporción, Noé logró crear en sólo 66 metros cuadrados un hogar trasparente, confortable y luminoso.
En Indé, la premisa del minimalismo se fusiona con la esencia ecléctica. Así, por medio de un orden visual, Noé Prades Studio combinó estilos contrastantes: lo clásico y lo moderno; lo exótico y lo geométrico. •