VISTA SAGRADA
Con inspiración en la geometría del Valle Sagrado de los incas, Barclay & Crousse creó una casa que rompe los esquemas tradicionales de la zona.
Esta casa posee una clara inspiración en la geometría de los cerros del Valle Sagrado de los incas.
“Sabíamos que nuestros referentes no debían ser arquitectónicos sino geográficos. La casa gira en torno al paisaje”,
BARCLAY & CROUSSE.
Un juego de luz comienza desde el amanecer hasta el atardecer en esta casa ubicada en el valle de Urubamba, en Cusco, Perú. De lejos y para quienes conocen su trabajo, este proyecto grita el nombre de sus autores. Jean Pierre Crousse y Sandra Barclay son dos arquitectos que, desde su estudio basado en Lima, se han caracterizado por dibujar una arquitectura geométricamente pura, voluminosa y llamativa.
La Casa Hacienda Huayoccari no es la excepción. “Al recibir el proyecto y conocer el terreno, supimos que nuestros referentes no debían ser arquitectónicos sino geográficos. Toda la propiedad gira esencialmente en torno al paisaje”, comentó Jean Pierre Crousse.
Ambos arquitectos, por lo general, han sido reconocidos por sus diseños en entornos urbanos y costeros. “Ésta fue una exploración interesante, gracias al paisaje andino. Casi siempre trabajamos con un contexto desértico. Ahora nos salimos de lo que ya sabíamos hacer, y tuvimos que plantearnos otro tipo de preguntas”, agregó Crousse.
Esta edificación se aleja por completo de la arquitectura vernácula clásica de esta región montañosa, ya que la firma Barclay & Crousse se aventuró a explorar con lo que el lugar ofrecía. “Si te fijas bien, la casa realmente enmarca los apus (montañas nevadas), especialmente la Pitusiray”, comentó Sandra Barclay. “Utilizamos elementos alusivos al lugar, como los muros tipo pirka en piedra roja andesita, y el acabado rústico de las paredes en concreto, revestidas con un tinte carmín desteñido, para camuflar la construcción con la tierra tan característica de la zona”, añadió Crousse.
La volumetría marcada en el diseño no es algo netamente estético. Ésta consistió en optimizar los recursos lumínicos y térmicos que ofrece el valle. “Al amanecer, la luz entra por la sala principal. Durante el día, pasa por encima del techo, que protege a la casa para que no se caliente
demasiado. A su vez, calienta la piedra que recubre el tejado, cuyo calor se conserva en la noche, cuando comienza a hacer frío”, expresó la arquitecta. Esta piedra se optimizó al máximo, además de recubrir la mitad de las fachadas y parte del techo de la morada. Sus sobrantes se utilizaron en menor tamaño para algunos de los pisos del interior.
La luz juega un papel protagonista, debido al juego que plantea el diseño de las ventanas. “Éstas son características de nuestros proyectos, y lo que hacen es dar una impresión de espesor del muro, cuando en realidad no lo es. En este caso se utilizaron en el dormitorio principal y en la sala de baño, para dar intimidad al lugar”, explicó el arquitecto.
Esta casa se creó a partir de la observación constante del valle con sus invaluables montañas. Se ingresa a ella por unas terrazas o andenes pausados, para admirar el interior voluminoso de esta construcción de 240 metros cuadrados. Más que imitar la geografía que la circunda, Casa Hacienda Huayoccari la homenajea desde su diseño virtuoso y eficiente. •