DECLARACIÓN DE DISEÑO
Me emocionan los días cuando, explorando el infinito universo creativo, me encuentro con un espacio imposible de ignorar. Esos que tienes que observar con detenimiento, ya que pareciera que tratan de decirte algo. Aquellos que no fueron creados con la mera intención de ser bellos o admirados, sino como un medio de expresión individual, lienzos vivos para materializar una idea, un concepto, una filoso a personal. O las casas que, al tiempo que responden a las necesidades del habitante, plasman la visión de su creador con una dosis justa y respeto. Querido lector, esos son los hogares que queremos llevar hasta tus manos. Casas que despierten tus fibras sensibles, que te hagan detenerte antes de voltear la página; que ames o, posiblemente, que generen un sentimiento opuesto, pero que comuniquen un mensaje claro y fuerte.
Así es nuestra casa de portada. Una joya arquitectónica de los años 1950 en Malibú, reformada por Kelly Wearstler, quien se inspiró en el sello modernista del arquitecto Rudolf Schindler (1887-1953) para crear un espacio totalmente auténtico. O la casa-estudio del artista peruano Miguel Andrade, que construyó como si fuera una escultura. “Hay piezas que se hicieron en el lugar; incluso hay ventanas que se abrieron tocando la pared y pidiendo al albañil que probara”, relató Andrade.
En el universo AD, cada mes representa una nueva oportunidad de celebrar la arquitectura y el diseño, y en esta edición lo hacemos llenando de vida el Edificio Gaona —un hito arquitectónico de la Ciudad de México— a través de una vibrante intervención de arte floral; dedicando varias páginas a la colección de mobiliario Tacubaya, de Difane, inspirada en la Época de Oro mexicana; presentando el espectacular Teatro al Aire Libre Ruinas de Huanchaca en Chile; explorando la nueva colección de luminarias de ónix de Studio davidpompa y visitando Baja California Sur para conocer dos hoteles que encienden nuestro radar de hotspots: Paradero Todos Santos —de arquitectura brutalista, entre desierto, montañas y playas vírgenes— y Baja Club —una villa colonial en La Paz, que renace con una visión contemporánea—.
Querido lector, que las altas dosis de creatividad en esta edición te estimulen, inspiren y emocionen para seguir soñando diseño.