El Festival de Cannes: el paraíso de los cineastas
suele marcar de forma mediática y televisiva la tendencia del cine comercial con la fastuosa y memorable celebración de los Premios Oscar. Tras la última entrega de estos galardones pulularon los memes de Dicaprio, los mexicanos nos enorgullecimos con los premios de Lubezki y González Iñárritu, y hasta tuvimos debates políticos sobre blancos, negros, machos y feministas.
Vimos a cinéfilos disfrazados con “tuxedos” y alfombras rojas, donde las personas que vieron la transmisión completa creyeron tener un panorama “súper amplio” de lo que sucede con el cine actual.
En cambio, los profesionales de la industria cinematográfica tienen las miras puestas en mayo, mes en que abre parcialmente sus puertas el Paraíso de los cineastas: el Festival de Cannes.
Apuesto que hasta Iñárritu, quien sabe que será más rico y más famoso ganando premios Oscar, lograría sentirse realizado como cineasta si ganara sólo una Palma de Oro. Vamos, no estoy comparando, hay diferencias claras entre una entrega de premios como los Oscar y un festival de cine como el de Cannes.
En los premios de la Academia se reconocen películas previamente estrenadas, vistas por el público, que puede opinar y decidir si fue justo o no el trofeo; mientras que en festivales como Cannes, las cintas se exhiben por primera vez frente a los profesionales y conocedores del cine durante diez días, luego de una preselección hecha por jurados expertos. Después se decide qué filmes deben reconocerse y la polémica surge, igual que en los Oscars, pero entre la misma gente del gremio.
Este 2016, la película que inaugura el festival es Café Society, de Woody Allen (daría mi alma al diablo por ir a verla allí), y entre otras que participarán para ser premiadas destacan las últimas de Jim Jarmush ( Paterson), de Pedro Almodóvar ( Julieta), de Ken Loach ( Daniel Blake), de Jeff Nichols ( Loving), y de Park Chan-wook ( Agassi).
Otro estreno que ha captado la atención es el de Sean Penn como director en The Last Face. El simple hecho de que el amigo de Kate del Castillo y anexas sea considerado para este premio habla muy bien de su talento como cineasta.
Es tan complicado conseguir una Palma de Oro que muchos de los grandes directores de la historia hubieran matado por llevársela.
Públicamente prometo tratar de acreditarme para el Cannes de 2017, claro, después de vender mi alma al diablo.