El acabose
SI CALDERÓN LEGÓ UNA GUERRA INÚTIL, PEÑA HA ACRECENTADO EL CONFLICTO HASTA DIMENSIONES IMPOSIBLES DE PREVER
Más de cinco años de ejercicio del señor peña nieto quien, en el finiquito de su mandato y tras dilapidar su capital político, enfrenta el rechazo del 85 o 90 por ciento de los mexicanos con el más bajo nivel de aceptación de los sexenios predecesores; esto es, digamos arrancando en la primera gestión sometida a esta medición. Cuando calderón se fue , creímos que habíamos tocado fondo... pero la caída desde la peña de Atlacomulco ha resultado bastante más pronunciada.
Si calderón nos legó una guerra inútil –100 mil muertos sin que se lograra el objetivo de disminuir las “exportaciones” de drogas al gran mercado del norte–, una farsa montada con la perversidad propia de los guardianes de las barras y estrellas, peña ha acrecentado el conflicto hasta dimensiones imposibles de prever hace apenas tres años: cuando menos, la tercera parte de las entidades del país viven bajo el caos, tres de ellas son ingobernables en sentido institucional –Michoacán, Tamaulipas y Guerrero–, y veintidós en total deben pagar una suerte de alcabalas a los grupos criminales filtrando nuestros impuestos. Es decir, la mayor parte de los mexicanos sostiene a los cárteles y los provee de fondos amén de cuanto éstos obtienen de los ayuntamientos tomados por las mismas bandas.
Considerando lo anterior, cuanto sucede en Tamaulipas, acaso mantenido en segundo plano por la efervescencia de las masacres en Guerrero, Michoacán y otras entidades, es de tal nivel de aberración que supera cualquier inclinación por la ficción. Allí, un hermano traiciona la memoria de otro, cae rendido por cobardía ante los capos y los cárteles, deja el territorio de su entidad en manos de los mismos y negocia con el gobierno federal una estrategia para aparentar que los operativos permanecen dándose el lujo de exhibir que las matanzas recientes así lo demuestran.