¡Es empate!, me canso ganso
Esta es la historia de una consulta al pueblo por parte del presidente Andrés Manuel
López Obrador, en una plaza popular. Parece evidente la simulación, para terminar en imposición.
Fue el viernes pasado en un mitin, en Tlapa de Comonfort, Guerrero. Cuando comenzaba a hablar el gobernador Héctor Astudillo, cientos de los participantes en el mitin presidencial lo acallaron con rechiflas, abucheos y gritos en coro: “¡Fuera
Astudillo, fuera Astudillo”. De plano, no podía seguir. Tuvo que intervenir López
Obrador. Le dijo a la gente: “Nos vamos a portar bien, vamos a escuchar con respeto al ciudadano gobernador del estado de Guerrero: ¿sí o no?”
La gente, alborotada le replicó al presidente: “¡Noooooo!” Y lanzó su consulta popular, a decidirse a mano alzada, como aquellas de sindicatos charros, sin democracia, que el propio López Obrador tanto critica.
Les pidió: “A ver, que levanten la mano los que no quieren que hable el gobernador”. Casi el total de los presentes alzaron el brazo. Y continuó: “Bájenla. Que levanten la mano los que quieren que sí hable el gobernador”. Sólo hubo unas cuantas manos arriba.
El resultado del escrutador Andrés
Manuel López Obrador dejó atónitos a
todos. “Es un empate”.
La gente le respondió: “¡Nooooo!” Y recurrió a la democrática imposición: “Va a terminar de ofrecer la bienvenida el gobernador de Guerrero. ¡Me canso ganso!”
Ante la orden, evidentemente contraria a la voluntad popular, la gente no tuvo más que permitir la intervención de Astudillo.
El hecho atiza a las dudas sobre los resultados de las consultas del primer mandatario en temas polémicos, como la del aeropuerto de Texcoco.