¡COMO NO TE VOY A QUERER!
UNIVERSIDAD SE IMPONE EN LA AGONÍA, CON JUAN PABLO VIGÓN, A UN CRUZ AZUL QUE REGRESÓ A LAS ANDADAS DE LA MANO DE JONATHAN BORJA
Ciudad de México.- Jonathan Borja repitió en los controles del PS4, pero esta vez se topó con un tipo duro de dominar como lo es Juan Pablo Vigón, y terminó por sucumbir. Clásico, Dérby, partido pasional, o como se le quiera etiquetar, Pumas se impuso en el mismísimo Estadio Azteca 1-2 a Cruz Azul.
Y, para no desentonar, el duelo más atractivo de la Jornada 12 de la eLIGA MX contó con ese cúmulo de emociones que derivaron en un desenlace agónico, de fotografía. No apto para cardiacos, pues la diferencia fue el poste y los celestes no festejarán su cuarta victoria al hilo.
PRESAGIO
El ecuatoriano Borja, siempre animado y bailador, la realidad es que arran
có bien el duelo y pudo generar algunas acciones de peligro, aunque la zaga unamita igual se fajó en serio.
Pero al minuto 20, cuando el encuentro parecía más cerrado, un balón filtrado dejó solo en el área a Roberto Alvarado para marcar el 1-0.
Y, justo cuando el árbitro se disponía a dar por finalizado el primer tiempo, la garra felina lanzó su primera llamada.
El santafesino Juan Ignacio Dinenno, con el ‘29’ en su espalda, como en el futbol real, hizo una de
crack para empatar el juego. Después de un pase en el área del mismo Vigón, el argentino jaló la bola con el talón y enseguida definió cruzado. Golazo al 45’.
DRAMÁTICO
La segunda parte trajo consigo un enfrentamiento en el que ambos equipos buscaron por cualquier resquicio el de la diferencia.
Incluso, en una acción fortuita y desafortunada, según el ángulo, Gillermo Allison, quien esta vez cubrió el arco cementero en lugar de Jesús Corona, evitó el autogol.
Y fue en el último tramo que las emociones subieron la tonalidad, pues los momentos fueron contrastantes. Cruz Azul se perdió una increíble, porque además el poste jugó en favor de los universitarios; a cambio, Carlos González recibió en el área para sólo anidar el esférico a las redes. Era el minuto 90, más dramático, imposible.