La guerra por tener la palabra
¡Ánimo, ánimo!, y con una sonrisa es como saluda el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a los reporteros que cubren la conferencia “Mañanera”, algunos le responden, a otros los de igual.
Pensamos que quizá es el frió de madrugada o apenas se están despabilando, pero donde ya no ignoran, es la hora de preguntar, ahí todos alzan la mano al presidente López Obrador para ser vistos, que les de la palabra para responder sus múltiples inquietudes que traen.
El primer mandatario responde a todos los que lo cuestionan sin importar si los medios de comunicación son de derecha o izquierda, intenta responder sus dudas o dejar nada al aire.
Cada comunicador tiene un estilo para formular sus preguntar, unos lo hacen de pie, otros sentados; a veces los cuestionamientos parecieran poemas o cartas de los Reyes Magos, pero al final son preguntas con contexto que cada periodista prepara.
Al término de la conferencia de ayer, dos compañeros, una reportera y un reportero discreparon en la manera de preguntar y el tiempo que se tardan. Ella aseguró que él, la estaba molestando cuando preguntaba al mandatario, el compañero se defendió. De los reclamos, pasaron a los gritos.
Otros compañeros de la fuente le sugirieron a la compañera, que se hubiera quejado directamente con el presidente, ahí en frente de todos, para detener la “altanería” del compañero.
Asimismo, algunos periodistas ya maduros de edad, aprovechan el momento para acercarse a las compañeras. Curiosos y de manera coqueta, preguntan ¿cómo están en sus medios?, incluso hasta se atreven a realizar algunos comentarios negativos del gremio con tono sarcástico.
Las compañeras, piensan que el acercamiento es para hacer migas, por lo que causa desconfianza en ellas, quienes por educación, contestan lo necesario y se retiran del lugar para evitar cualquier conflicto.
Mientras, el presidente se va con su equipo de funcionarios, quizá ni siquiera se enteró que hubo desconcierto en torno a quien le da la voz; seguirán más Mañaneras y el arrebato por el micrófono para escuchar la opinión del presidente, ojalá sea de manera respetuosa y justa.
Después del altercado, todos los reporteros salen corriendo, tienen que cubrir otro evento o redactar su nota. Es momento de abordar el Metro, ir al estacionamiento por el auto, pero con las medidas sanitarias correspondientes.