Llamados a la verdadera libertad
bienes de la Tierra fueron creados y puestos al servicio de todos los hombres y mujeres. Ha sido el pecado lo que trastorna este destino querido por el Creador, por eso los seres humanos giran hoy alrededor de la posesión egoísta de los bienes materiales, de tal manera que la economía es la que determina las decisiones importantes para la humanidad, los destinos de los pueblos y hacemos depender también la estabilidad de las familias e incluso la felicidad de las personas del dinero que se posea.
Los graves problemas que tiene la humanidad, tienen una relación vital con la economía. Poseer bienes y disfrutar a manos llenas de todo lo que se compra y se vende es la máxima aspiración de muchas personas. Hemos llegado al grado de considerar que vale más el dinero que las personas.
Todos sabemos que muchos hermanos padecen actualmente del estrés porque falta lo necesario en la casa, el alimento, los medicamentos y otros recursos que son indispensables; no es ningún secreto el problema de falta de trabajo y el hecho de que algunas empresas, a raíz de la pandemia han despedido a sus trabajadores o les hacen recortes en su sueldo.
En realidad es un panorama que está afectando de modo muy fuerte a nuestro pueblo. Dios nos creó para que seamos libres de cualquier dependencia, para no estar atados a nada ni a nadie.
En la vida nos vamos haciendo dependientes de los afectos, del dinero, del poder, de las cosas y de las personas, pero también existen personas que se hacen adictos al alcohol, las drogas, los placeres desordenados y todo eso nos esclaviza y dejamos de ser libres. Los bienes de la Tierra han de estar al servicio de las personas y no al contrario. Precisamente por esta servidumbre al dinero, hemos caído en graves situaciones de injusticia.