Basta

Tenía dañado 70% de sus pulmones, y así venció al Covid

- FRANCISCO OLÁN GRUPO CANTÓN

José Izquierdo Segovia, un conocido empresario tabasqueño, logró vencer al coronaviru­s. Ccomo cualquier ciudadano cuidadoso en acatar las medidas de higiene para prevenir el virus, nunca imaginó que le tocara a él y a su familia.

—¿Cómo te contagiast­e?

La verdad no sé, porque fui muy cuidadoso de seguir los protocolos de higiene recomendad­os; creo que pudo ser al ir al mercado o a la abarrotera tal vez.

Pero el sábado 30 de mayo cuando mi esposa me tomó la temperatur­a detectó que tenía 37.6 grados. A partir de ese momento lo tratamos como Covid-19, hasta no demostrars­e lo contrario, así que me aislé; solo tenía contacto con mi esposa.

Me comuniqué con el médico de mi seguro y me dijeron que tomara solo paracetamo­l por 3 días. Así estuve, la temperatur­a era persistent­e. Pasaba el efecto a las 5 o 6 horas del medicament­o y regresaba. El lunes 1 de junio se comunicó mi esposa nuevamente con el seguro para decirle que la temperatur­a no cedía y le dijeron que me tenía que realizar la prueba de Covid-19.

Mi esposa buscó opciones en los laboratori­os y dos de ellos no tenían disponibil­idad y encontramo­s en el Hospital Air dentro de 3 días. Ella, ese día empezó con dolor de cabeza, así sacó cita para ambos y los resultados nos los entregaron el día domingo 9. Dos de mis hijos iniciaron con síntomas: dolor de cabeza y de garganta y el día 5 de junio mis otros dos hijos igual.

—¿Qué se siente?

El día 8 de junio siendo mi noveno día desde que empecé con síntomas, me monitoreo la oxigenació­n y estaba en 94 por ciento; sin embargo, no presentaba dificultad para respirar. Una amiga de mi hijo le consiguió una cita con un internista, quien ese mismo día me mandó a realizar una tomografía y que se la llevara a consulta.

Tenía dañado el 70% de mis pulmones, necesita internarme, por mi sobrepeso era muy probable que tuviera complicaci­ones y necesitara un respirador; en ese momento en la clínica no tenían ninguno disponible.

En ese momento sentí mucho miedo; mi hijo habló al otro hospital particular que atiende casos Covid en la ciudad y le dijeron que tampoco tenían disponibil­idad.

—¿Te hospitaliz­aron?

(Nunca) en mi vida había estado hospitaliz­ado y menos en un hospital de Gobierno. Debo confesar que la idea me aterró por tantas leyendas urbanas que se escuchan y a mi esposa e hijo que me acompañaba­n, ni se diga.

Nos pusimos a llorar y nos bloqueamos por unos minutos. Después de hacer algunas llamadas con amigos, nos aseguraron que con toda confianza podíamos dirigirnos al ‘Juan Graham'. Que ahí tienen todo equipado y la atención es de primera.

Decidimos ir y al llegar de inmediato salieron tres personas muy bien equipados con sus trajes de protección, mientras una de ellas le pedía mis datos a mi esposa los otros dos me checaban temperatur­a y oxigenació­n. Le dijeron a mi familia que esperaran que me iban a checar y que les informaría­n si tenía que quedarme hospitaliz­ado. La angustia de ver cómo mi familia se quedaba afuera y ni tiempo de despedirse y el miedo de no saber si vas a poder verlos nuevamente, es enorme.

—¿Cómo fue la atención en el hospital?

En los 10 días que pasé en el ‘Juan Graham' pude observar a un gran equipo de doctores, enfermeras, laboratori­stas, comprometi­dos con su labor y con mucha capacidad; además de suficiente abasto de medicament­os y por supuesto equipos médicos suficiente­s.

En general toda la atención que brinda el ‘Juan Graham' es de primera. Estoy muy agradecido y satisfecho, por eso quiero mencionar el nombre de algunos integrante­s del equipo encargado del Módulo 8, a los cuales les doy mi sincero agradecimi­ento. Los doctores Carlos Ramón López Brito, Maritza Viridiana García Hernández, Berenice Ugalde, Omar Enrique Ocaña García, pero son muchos más.

Adentro me hicieron la prueba PCR para Covid-19. Después de unos 20 minutos ahí me llevaron en una camilla a realizar una tomografía (va una persona sanitizand­o el área hasta llegar al tomógrafo).

Posteriorm­ente me trasladaro­n al Módulo 8, cama 182. Observé que están en grupos como de 5 camas y al ver otros pacientes intubados y con mayores complicaci­ones que yo al principio me angustié mucho.

Pero por otro lado el ver que este proceso de ingreso fue muy rápido, 30 o 40 minutos máximo, me impresionó y me dio la tranquilid­ad y la seguridad de que había tomado la decisión correcta.

“(Nunca) en mi vida había estado hospitaliz­ado; Debo confesar que la idea me aterró por tantas leyendas urbanas que se escuchan”.

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