Tenía dañado 70% de sus pulmones, y así venció al Covid
José Izquierdo Segovia, un conocido empresario tabasqueño, logró vencer al coronavirus. Ccomo cualquier ciudadano cuidadoso en acatar las medidas de higiene para prevenir el virus, nunca imaginó que le tocara a él y a su familia.
—¿Cómo te contagiaste?
La verdad no sé, porque fui muy cuidadoso de seguir los protocolos de higiene recomendados; creo que pudo ser al ir al mercado o a la abarrotera tal vez.
Pero el sábado 30 de mayo cuando mi esposa me tomó la temperatura detectó que tenía 37.6 grados. A partir de ese momento lo tratamos como Covid-19, hasta no demostrarse lo contrario, así que me aislé; solo tenía contacto con mi esposa.
Me comuniqué con el médico de mi seguro y me dijeron que tomara solo paracetamol por 3 días. Así estuve, la temperatura era persistente. Pasaba el efecto a las 5 o 6 horas del medicamento y regresaba. El lunes 1 de junio se comunicó mi esposa nuevamente con el seguro para decirle que la temperatura no cedía y le dijeron que me tenía que realizar la prueba de Covid-19.
Mi esposa buscó opciones en los laboratorios y dos de ellos no tenían disponibilidad y encontramos en el Hospital Air dentro de 3 días. Ella, ese día empezó con dolor de cabeza, así sacó cita para ambos y los resultados nos los entregaron el día domingo 9. Dos de mis hijos iniciaron con síntomas: dolor de cabeza y de garganta y el día 5 de junio mis otros dos hijos igual.
—¿Qué se siente?
El día 8 de junio siendo mi noveno día desde que empecé con síntomas, me monitoreo la oxigenación y estaba en 94 por ciento; sin embargo, no presentaba dificultad para respirar. Una amiga de mi hijo le consiguió una cita con un internista, quien ese mismo día me mandó a realizar una tomografía y que se la llevara a consulta.
Tenía dañado el 70% de mis pulmones, necesita internarme, por mi sobrepeso era muy probable que tuviera complicaciones y necesitara un respirador; en ese momento en la clínica no tenían ninguno disponible.
En ese momento sentí mucho miedo; mi hijo habló al otro hospital particular que atiende casos Covid en la ciudad y le dijeron que tampoco tenían disponibilidad.
—¿Te hospitalizaron?
(Nunca) en mi vida había estado hospitalizado y menos en un hospital de Gobierno. Debo confesar que la idea me aterró por tantas leyendas urbanas que se escuchan y a mi esposa e hijo que me acompañaban, ni se diga.
Nos pusimos a llorar y nos bloqueamos por unos minutos. Después de hacer algunas llamadas con amigos, nos aseguraron que con toda confianza podíamos dirigirnos al ‘Juan Graham'. Que ahí tienen todo equipado y la atención es de primera.
Decidimos ir y al llegar de inmediato salieron tres personas muy bien equipados con sus trajes de protección, mientras una de ellas le pedía mis datos a mi esposa los otros dos me checaban temperatura y oxigenación. Le dijeron a mi familia que esperaran que me iban a checar y que les informarían si tenía que quedarme hospitalizado. La angustia de ver cómo mi familia se quedaba afuera y ni tiempo de despedirse y el miedo de no saber si vas a poder verlos nuevamente, es enorme.
—¿Cómo fue la atención en el hospital?
En los 10 días que pasé en el ‘Juan Graham' pude observar a un gran equipo de doctores, enfermeras, laboratoristas, comprometidos con su labor y con mucha capacidad; además de suficiente abasto de medicamentos y por supuesto equipos médicos suficientes.
En general toda la atención que brinda el ‘Juan Graham' es de primera. Estoy muy agradecido y satisfecho, por eso quiero mencionar el nombre de algunos integrantes del equipo encargado del Módulo 8, a los cuales les doy mi sincero agradecimiento. Los doctores Carlos Ramón López Brito, Maritza Viridiana García Hernández, Berenice Ugalde, Omar Enrique Ocaña García, pero son muchos más.
Adentro me hicieron la prueba PCR para Covid-19. Después de unos 20 minutos ahí me llevaron en una camilla a realizar una tomografía (va una persona sanitizando el área hasta llegar al tomógrafo).
Posteriormente me trasladaron al Módulo 8, cama 182. Observé que están en grupos como de 5 camas y al ver otros pacientes intubados y con mayores complicaciones que yo al principio me angustié mucho.
Pero por otro lado el ver que este proceso de ingreso fue muy rápido, 30 o 40 minutos máximo, me impresionó y me dio la tranquilidad y la seguridad de que había tomado la decisión correcta.
“(Nunca) en mi vida había estado hospitalizado; Debo confesar que la idea me aterró por tantas leyendas urbanas que se escuchan”.