SIRENA DE BRONCE…
LA NADADORA AZTECA LE DA A MÉXICO SU PRIMERA PRESEA EN LOS JUEGOS PARALÍMPICOS TOKYO 2020
Siempre decía, ‘ay no, cuando gane una medalla cómo voy a llorar, voy a estar feliz’, pero ahora sé que sí se llora de felicidad" FABIOLA RAMÍREZ NADADORA MEXICANA
TOKIO, JAPÓN. - “Sí, es tuya, es tuya”, le gritaron sus entrenadores a Fabiola Ramírez, cuando ésta había llegado a la meta, y parecía en otra órbita, luego de tanto esfuerzo.
La nadadora paralímpica mexicana confesó que perdió de sí en el último tramo de la competencia, justo cuando dio el jalón para terminar, y antes de saber que había terminado tercera para llevarse la presea de bronce en 100 Metros Dorso, Categoría S2.
Ramírez registró un tiempo de dos minutos, 36 segundos y 54 centésimas, durante el primer día de competencias de la paranatación en los Juegos Paralímpicos Tokyo 2020.
Y, tras cosechar la primera medalla para México, la sirena azteca destacó que ésta también es su primera presea del tipo y la primera para la Federación Mexicana de Deportes para Personas con Parálisis Cerebral.
“Me siento súper orgullosa, porque después de tantos años de estar en el deporte, pude darle esto a mi Federación, a mi familia y a mí misma, es algo que yo deseaba desde hace mucho tiempo, con todo mi corazón, y ahora ya está aquí, presente, y es un día memorable en mi vida y sólo quiero agradecerles a todos por su apoyo y por confiar en mí”, dijo en entrevista con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conde).
En tanto, compartió cómo fue que vivió la Final, y lo que significó esta presea luego de tanto trabajo y esfuerzo.
“Estoy súper emocionada, en la prueba todos me comentan que al principio comencé un poco lenta y de repente apreté, metí la quinta velocidad y cerré con todo, ya al final te falta el aire, te faltan fuerzas, pero es ahí donde se saca la garra y el corazón, llegué a la meta y vi el tablero, y no me la creía, hasta que volteé a ver a los entrenadores y me dicen: ‘Sí, es tuya, es tuya’; me quedé con el pecho atorado de la emoción, quería llorar, fue una emoción grandiosa”.