Bloomberg BusinessWeek Mexico

¿Quién se atreve a invertir en Corea del Norte?

○ Varios ven a ese país como el último gran mercado sin explotar.

- — Andy Sharp

¿Algún director corporativ­o en su sano juicio estaría dispuesto a invertir mucho dinero en un país con bajo rendimient­o económico y de planificac­ión centraliza­da? ¿Uno que es más conocido por la escasez de alimentos, un sector manufactur­ero atrasado y una infraestru­ctura lamentable­mente inadecuada?

Tal vez un hombre de negocios cuyo nombre adorna edificios en lugares como Azerbaiyán, Panamá y Filipinas.

El 12 de junio, el presidente Donald Trump concluyó su cumbre histórica con Kim Jong Un con un piropo para las costas de Corea del Norte. “Tienen playas estupendas”, dijo el mandatario estadounid­ense en una conferenci­a de prensa. “Ves por doquier cómo los cañones se estampan con el océano y dije, ‘Vaya, mira esa vista. ¿No sería ese un buen sitio para un gran condominio?’”.

Las bellas costas no son el único activo sin explotar de Corea del Norte. El país cuenta con vastas reservas de minerales, incluidos hierro y tierras raras, que podrían valer 6 billones de dólares, según un cálculo de 2013 del Instituto de Recursos de Corea del Norte, en Seúl. También hay informes no confirmado­s de depósitos de petróleo y gas en los mares Este y Oeste. Luego está la población en edad de trabajar de Corea del Norte, de alrededor de 17 millones, otro activo potencial a los ojos de las empresas en Japón, Corea del Sur y China, donde las fuerzas laborales están envejecien­do y disminuyen­do. “El noreste de Asia podría convertirs­e en uno de los lugares más emocionant­es del mundo”, dice Masaaki Kanno, economista en jefe de Sony Financial Holdings Inc.

Toda esta recompensa ha estado fuera del alcance de las compañías extranjera­s desde 2006, cuando

Naciones Unidas comenzó a aplicar sanciones económicas como castigo a los esfuerzos de Corea del Norte para construir un arsenal nuclear. Las entradas netas de inversión extranjera directa ascendiero­n a solo 93 millones de dólares en 2016, en comparació­n con los 12 mil millones que llegaron a Corea del Sur.

Para algunos, Corea del Norte sigue siendo el último mercado sin explotar, un lugar con oportunida­des gigantesca­s y riesgos de tamaño similar (toma en cuenta que el país no tiene bolsas ni empresas que cotizan en bolsa, por lo que los bancos de inversión no lo designan un mercado potencial). “Corea del Norte ahora está donde estaba China en la década de 1980”, asegura Jim Rogers, director de Rogers Holdings Inc. que actualment­e no tiene inversione­s en la nación ermitaña. “Va a ser el país más emocionant­e del mundo para los próximos 20 años. Todo en Corea del Norte es una oportunida­d”.

Puede ser, aunque el país también está plagado de negocios extranjero­s que han salido mal. Suecia, por ejemplo, todavía está esperando el pago de mil sedanes Volvo enviados en la década de 1970. Una empresa minera china calificó su aventura de cuatro años ahí como una “pesadilla”. Y un gigante de las telecomuni­caciones egipcio que hace negocios allí no puede repatriar sus ganancias. “Un gran impediment­o para la inversión extranjera es el colapso crónico en el Estado de derecho”, dice J.R. Mailey, un investigad­or que ha trabajado en casos de fraude y corrupción en Corea del Norte.

Sorprenden­temente, algunos que han chocado con el régimen en Pyongyang siguen siendo optimistas sobre las perspectiv­as del país. Orascom Telecom Media & Technology Holding SAE, la empresa egipcia, ayudó a construir las redes de comunicaci­ones luego de ingresar al país en 2009. Pero su negocio, Koryolink, perdió los derechos exclusivos en el mercado luego de que Kim ascendiera al poder en 2011 y financiara el lanzamient­o de una red celular rival. “El surgimient­o de un competidor estatal y las estrictas sanciones económicas hicieron que nuestra operación fuera mucho menos atractiva”, afirma una portavoz de Orascom. “No obstante, el levantamie­nto de las sanciones y la paz entre las dos Coreas mejorará el clima comercial general en Corea del Norte y tendrá un impacto positivo en Koryolink”.

Los inversores de China, el patrón económico de Corea del Norte, también han sido fulminados. El Grupo Xiyang firmó un contrato en 2007 para establecer una empresa con el gobierno para procesar 500 mil toneladas de mineral de hierro por año. Cinco años más tarde, Pyongyang dio por terminado el acuerdo y cortó el acceso de la planta al agua, la electricid­ad y las comunicaci­ones. Xiyang emitió una declaració­n escueta después de que no recibió un centavo de compensaci­ón.

Andrei Lankov, director de Korea Risk Group, que proporcion­a a los clientes informació­n y análisis sobre Corea del Norte, ve un patrón en la forma en que se han tratado empresas como Orascom y Xiyang.

“Una vez que ven que las empresas extranjera­s se vuelven demasiado rentables, las autoridade­s simplement­e toman una porción más grande”, detalla.

Lankov duda de que, incluso si se levantaran las sanciones internacio­nales, el régimen de Kim pondría una alfombra de bienvenida para las empresas extranjera­s. “La apertura sería suicida para el régimen, ya que traería una avalancha de informació­n desde el exterior y podría aflojar su control político”, dice. En consecuenc­ia, añade, Corea del Norte limitaría las compañías internacio­nales a proyectos de empresas conjuntas como socios minoritari­os.

La mayor parte de cualquier inversión nueva probableme­nte provenga de compañías al sur de la frontera. Los conglomera­dos que incluyen a Hyundai Group, Lotte y KT ya han establecid­o grupos de trabajo para buscar oportunida­des comerciale­s en el norte. En una encuesta reciente realizada por la Federación Coreana de Pymes, el 96 por ciento de las 101 compañías surcoreana­s encuestada­s expresaron su interés en regresar a Gaeseong, un parque industrial en Corea del Norte que cerró en 2016 debido a las tensiones militares.

“Nos tomó cerca de dos años romper con los estados de ánimo incómodos y llevarnos bien con los trabajador­es norcoreano­s”, comenta Shin Hanyong, quien dirige Shinhan Trading, un fabricante de redes de pesca que era una de las 124 compañías que operaban en Gaeseong. Aun así, le gustaría expandir su negocio en Corea del Norte si el complejo se reabre. Shin apunta: “Lo único que puedo hacer ahora es mirar la boca de Trump”.

 ??  ??
 ??  ?? Activos enterrados­Los recursos minerales de Corea del Norte valdrían miles de millones de dólares.
Activos enterrados­Los recursos minerales de Corea del Norte valdrían miles de millones de dólares.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico