Los cigarros de una nueva era
○ Algunos de los dispositivos electrónicos para fumadores aún no están permitidos en México.
En todo el mundo existen alrededor de 1.1 mil millones de personas fumadoras, de las cuales 13 millones aproximadamente viven en México. El tabaquismo, además, causa la muerte de 8 millones de personas al año a nivel global y un número mucho más elevado contrae alguna enfermedad asociada con el consumo de cigarro, de
acuerdo con las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No resulta extraño que los consumidores hayan buscado opciones ‘menos nocivas’ al cigarro. Una de las primeras respuestas llegó en la última década con el despegue de las ventas y consumo de cigarros electrónicos o ‘vapeadores’, que
utilizan sustancias líquidas infusionadas con olores y sabores, así como un porcentaje de nicotina opcional. De acuerdo con un estudio de Wells Fargo, las ventas globales de cigarros electrónicos ascenderá a 27 mil millones de dólares anuales en 2022. Aunque no son 100 por ciento libres de riesgo, no hay suficientes estudios para determinar el daño real que genera el consumo de cigarros electrónicos.
Una opción más reciente es IQOS, una invención de Phillip Morris International (PMI), uno de los fabricantes más grandes de cigarros en el mundo. A diferencia de los tradicionales, el cigarro especial de IQOS se calienta, no se quema, en un
dispositivo, con lo que se reduce significativamente el consumo de químicos nocivos. El uso de IQOS aún no está permitido en México, aunque ya se comercializa en más de 35 países. Japan Tobacco, rival de PMI, introdujo una versión llamada Ploom para competir en el creciente mercado de los cigarros electrónicos.