Al sector petrolero debería preocuparle las baterías de Amazon
○ El último bastión de la industria del combustible fósil ha sido atacado.
Mientras leías tuits de Elon Musk, Audi AG develaba al rival del Tesla: el E-tron. Una de las partes más interesantes de este ostentoso lanzamiento era la conexión: resulta que el fabricante de autos se unió con Amazon.com Inc. para instalar cargadores en casa para los compradores del E-tron.
Aunque la ayuda de Amazon para colocar nuevos enchufes en viviendas quizás no sea revolucionaria, de todos modos debería preocupar a grupos como Exxon Mobil Corp. Desde hace mucho, la industria petrolera se preocupa por generar suministro y no motivar la demanda, ¿para qué molestarse cuando no hay alternativa? El engorro de la carga es algo que frena al mercado de vehículos eléctricos. La aportación de Amazon podría facilitar todo y ser una posible amenaza para el gigantesco mercado del petróleo.
La industria del combustible fósil debería consternarse de que una compañía como Amazon invada su territorio. En el verano de 2008, tres de las cinco compañías más valiosas del mundo producían petróleo y gas. Exxon estaba en el primer puesto. Ahora, cuatro años después de un colapso mundial en los precios del energético, las tecnológicas dominan y Exxon lucha para mantenerse entre los 10 primeros.
En junio de 2017, Amazon desconcertó a los inversionistas cuando anunció que gastaría 14 mil millones de dólares en la cadena de supermercados Whole Foods; desde entonces, el valor de sus acciones se ha prácticamente duplicado. Por muy grande que sea la burbuja, no importa. Si lees esto en línea, disfrutas del legado de una de las burbujas más grandes en la historia. Lo que importa es que Amazon ha metido el pie en dos negocios más: la energía y el transporte.
A sus accionistas no les importa, pero debería importarle a los petroleros.