GLOBALIZACIÓN
El lamento que se oye en estos días entre los partidarios del libre comercio y la libre movilidad de capitales es que estamos enfrentando el final de una era inédita de integración económica. Sin embargo, tal vez la lección más sorprendente de 2018 sea la resiliencia que ha demostrado la globalización, incluso frente a las políticas proteccionistas de Donald Trump. ¿Resistirá también en 2019?
El primer punto a recordar es que la globalización es más una fuerza sempiterna que una ideología que puede desecharse fácilmente. Es un fenómeno que ha estado con nosotros por milenios. La expansión del cristianismo es un producto de la globalización tanto como el iPhone o el poderío industrial de China. Ninguno existiría sin el instinto humano de comerciar, viajar y negociar.
En 2018, el comercio global creció más lentamente, pero creció. Los economistas de la Organización Mundial del Comercio estiman que el volumen de bienes que circulan en todo el mundo subió un saludable 4 por ciento. Una imagen más oscura se vislumbra para 2019 y los temores del impacto del proteccionismo en el crecimiento mundial son compartidos por empresas, economistas e inversores.
Pero la realidad es que a pesar de los resurgidos sentimientos proteccionistas, los gobiernos han continuado negociando el tipo de acuerdos que engrasan las ruedas de la globalización. Esto resulta cierto para casi todos los mandatarios del orbe, incluso para Trump.
Sí, en uno de sus primeros actos como presidente sacó a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico firmado por doce países. Luego inició una guerra comercial potencialmente destructiva con China. Pero en lugar de cancelar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), su gobierno negoció con Canadá y México para renovar el acuerdo comercial que lleva 24 años en vigor.
También sentó las bases para nuevos acuerdos con la Unión Europea y Japón.
El enfoque de suma cero que Trump aplica al comercio ha detonado, en todo caso, una competencia entre las naciones para definir el futuro de la globalización. Estos son cuatro frentes a observar en 2019.
Cuatro fuerzas que reconfiguran las cadenas de suministro globales.