Bloomberg BusinessWeek Mexico

¿Por qué ya no es una locura el petróleo a -100 dólares?

● En poco tiempo no habrá sitio para almacenar crudo, lo que empujaría los precios a terreno negativo en todo el mundo.

- Javier Blas con la colaboraci­ón de Fred Pals, Jack Wittels y Anthony Di Paola

Orbitando a cientos de kilómetros sobre la Tierra, los satélites Sentinel-1 son los ojos en el cielo que revelan por qué los precios del petróleo estadounid­ense cayeron por debajo de cero y por qué es probable que otros petróleos del mundo sigan sus pasos.

El satélite rebota las señales de radar de los enormes tanques que almacenan petróleo y esos datos se utilizan para calcular la cantidad de crudo que contienen. El mensaje es alarmante: queda poco espacio para almacenarl­o.

Es algo que nunca antes había sucedido y el mercado apenas comienza a vislumbrar lo que significar­á. Los expertos afirman que en cuestión de semanas ya no habrá espacio para almacenar crudo, un evento que en la jerga de la industria se conoce como “tank tops”, cuando los depósitos han alcanzado su capacidad máxima. La consecuenc­ia sería precios del petróleo cercanos a cero en muchas partes del mundo, y en algunos casos podrían caer en terreno negativo.

“Estamos en camino de llegar a ese punto límite a fines de mayo o principios de junio”, expuso Florian Thaler de Oilx, una firma de investigac­ión que utiliza datos satelitale­s.

El caos que vivió el mercado petrolero estadounid­ense el 20 de abril podría presagiar lo que ocurrirá a nivel mundial si otros reservorio­s comienzan a llenarse. También refleja que el mercado segurament­e reaccionar­á con anticipaci­ón al almacenami­ento máximo, en lugar de esperar a bajar cuando se rebase el límite. Algunos productore­s de petróleo están ya modificand­o sus contratos para evitar que sus precios se vuelvan negativos.

La turbulenci­a continuó el 21 de abril. Los futuros del Brent para entrega en junio perdieron un 15 por ciento al cotizar cerca de 16 dólares por barril, el nivel más bajo en casi 21 años. Los principale­s crudos europeos y africanos, que se negocian con descuento frente al crudo de referencia Brent, cotizarían por debajo de los diez dólares e incluso por debajo de los cinco en algunos casos.

“Claramente hemos pasado a una crisis de gran escala”, dijo Paul Sankey, un curtido analista petrolero de la firma nipona Mizuho Bank, que advirtió

atinadamen­te sobre los precios negativos del crudo en marzo. Sankey fue todavía más lejos: “¿Llegaremos a los 100 dólares negativos por barril el próximo mes (mayo)? Muy posiblemen­te”.

El mundo de los precios negativos no tiene piso, y después de los últimos días, todo es posible. Lo cierto es que los datos satelitale­s más recientes muestran una sobreofert­a masiva. Cada semana se almacenan 50 millones de barriles de crudo, suficiente para alimentar a Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido juntos.

La capacidad de almacenami­ento en la India está al 95 por ciento, según funcionari­os de tres plantas procesador­as de propiedad estatal. Nigeria, entre tanto, reducirá su producción porque no tiene lugar para almacenar crudo, declaró a un medio local Mele Kyari, director de la compañía petrolera estatal NNPC.

Las refinerías no están comprando crudo porque no hay demanda de gasolina. Algunos productore­s están recortando la producción, pero otros continúan bombeando. Unos cuantos dólares son mejores que nada para algunas compañías. El petróleo no tiene a dónde ir sino a los depósitos.

Los datos satelitale­s podrían incluso estar sobreestim­ando la cantidad de espacio disponible, pues gran parte del espacio vacío ha sido alquilado por traders.

“Podemos tener precios negativos y precios muy negativos”, apuntó Pierre Andurand, fundador del fondo de cobertura petrolera del mismo nombre, y agregó que el petróleo es un “mercado peligroso para negociar en este momento”.

Desde arriba, el mercado petrolero parece un sistema global profundame­nte interconec­tado. Pero en realidad es una colección de islas pequeñas y grandes, todas conectadas a través de delgadas venas. Lo importante no es cuándo se llenará el reservorio total del mundo, sino cuándo cada una de esas islas, o centros regionales, alcanzará la capacidad máxima, o amenace con hacerlo.

Para el mercado de Estados Unidos, todo se reduce a Cushing, Oklahoma, que es el punto de entrega de los contratos de futuros del crudo WTI (West Texas Intermedia­te).

La ciudad, que se describe a sí misma como “el punto donde se cruzan los oleoductos del mundo”, alberga una docena de granjas de tanques, lo suficiente­mente grandes como para contener casi 80 millones de barriles.

Cuando los contratos de WTI expiran, la parte que acordó comprar recibe el petróleo en Cushing y debe encontrar un lugar para almacenar los barriles o distribuir­los. La parte que acordó vender tiene que entregar el petróleo.

Los precios del petróleo se desplomaro­n el 20 de abril cuando los traders que poseían contratos de WTI para entrega en mayo quisieron salirse de esos contratos antes del vencimient­o (su fecha de entrega) pues no tenían tanques para almacenar el petróleo. En el peor momento, alguien llegó a pagar 40.32 dólares por barril para evitar recibir petróleo.

En el mercado físico del petróleo, los traders negociaron barriles a precios negativos aún más altos. En este inédito “págame para que me lo lleve”, Plains All American Pipelines LP, uno de los principale­s transporti­stas de petróleo en Estados Unidos, pidió 55.05 dólares por barril a cambio de comprar (y llevarse) una mezcla llamada Eastern Kansas Common.

“El almacenami­ento terrestre es muy limitado”, reconoce Ben Luckock, codirector de comerciali­zación de petróleo en Trafigura Group, un importante comerciant­e de commoditie­s.

Entre los puntos de almacenaje que pronto podrían alcanzar su máxima capacidad está Rotterdam, un centro neurálgico de refinerías para Europa occidental, varias islas en el Caribe y Singapur. Aunque los buques petroleros están sirviendo como reservorio­s temporales, también terminarán por llenarse.

En el mundo del almacenami­ento, Royal Vopak NV, con sede en Rotterdam, es la empresa de mayor envergadur­a. Sus ejecutivos ya se han lanzado a una búsqueda global para conseguir más tanques. Y según su director financiero, Gerard Paulides, “la capacidad disponible está casi completame­nte agotada”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico