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La pandemia de Covid-19 ha sacudido eEs un Es un ajuste brevísimol sector inmobiliar­io, que enfrenta un panorama incierto, no muy alentador para muchos.

La pandemia de Covid-19 ha puesto en pausa el mercado de bienes raíces en el país y su futuro resulta complejo para miles de personas que no saben ahora cuál es la mejor opción para su patrimonio.

- Por Gonzalo Soto Ilustracio­nes Oscar Castro

Aprincipio­s de febrero, Ramiro Luján y su esposa Mariana Tello habían encontrado su hogar ideal: una casa en un desarrollo relativame­nte nuevo en Coyoacán, con un pequeño jardín en la parte trasera y espacio suficiente al frente para su coche y la motociclet­a que él había adquirido como hobby. Tenían pensado cerrar la compra en marzo, pero un virus llegado desde China les cambió los planes para siempre.

La pandemia de Covid-19, que acumula más de 3 mil 500 muertos y 33 mil 500 contagios en México, ha trastocado la economía global y mandado al país a una recesión que amenaza con ser la más profunda desde los años posteriore­s a la Revolución Mexicana. Poco a poco los datos económicos negativos se acumulan y el consenso de especialis­tas estima una caída del PIB de alrededor de 7.5 por ciento este año. Tan solo en abril, de acuerdo con cifras oficiales, se perdieron 555 mil empleos formales.

“Ante un panorama económico negativo, como el que enfrentamo­s, el mercado inmobiliar­io siempre resiente de manera particular esos embates”, dijo Fernando Soto-Hay, director general de Tu Hipoteca Fácil, una de las principale­s firmas de asesoría inmobiliar­ia del país. “Viene una caída en los ingresos de muchas personas, lo que significa que no podrán adquirir la vivienda que buscaban o pretendían antes de la recesión, si es que la quieren todavía”.

A raíz de la pandemia y el confinamie­nto posterior que ha golpeado de forma severa a la economía, añadió, es cada vez más grande el número de personas que busca una opción de vivienda en un segmento de menor costo, cuando todavía siguen interesado­s en adquirir una propiedad.

En México, casi 40 por ciento de las transaccio­nes de vivienda se realizan con créditos hipotecari­os, que en su mayoría financian hasta 80 por ciento del valor total de la propiedad. Con una pérdida de ingresos grande como la que se prevé para un número importante de personas en el país, el resultado será una lucha por viviendas de menor precio, usadas o sin las amenidades que proyectos más costosos ofrecen.

Soto-Hay ofrece un ejemplo real: un cliente iba tras una casa de 6 millones de pesos, tenía 1.2 millones ahorrados y pretendía un crédito de 4.8 millones, por el cual iba a pagar 56 mil pesos mensuales los próximos 15 años. Para ello, requería comprobar ingresos familiares de casi 180 mil pesos para ser aprobado. Sin embargo, sus recursos cayeron ante la pandemia y ahora debió ‘conformars­e’ con una propiedad diferente, con un costo de 4.5 millones, pues solo debe acreditar 116 mil pesos de ingresos.

“Es un cambio importante, es una zona distinta y son condicione­s diferentes, pero son las decisiones que se están tomando”, dijo. “El Covid nos trajo el mercado inmobiliar­io más incierto de la historia”.

En lo que el panorama se aclara un poco, miles que hasta hace unos meses buscaban activament­e un nuevo hogar, han pospuesto, muchos de manera indefinida, esa decisión.

“Viene una caída en los ingresos de muchas personas, lo que significa que no podrán adquirir la vivienda que buscaban”

Lamudi, uno de los principale­s sitios de búsqueda de propiedade­s en venta y renta en México, señaló que la demanda de casas y departamen­tos cayó, en su conjunto, 22 por ciento en el periodo enero-abril de este año, uno de los mayores descensos registrado­s en los últimos años.

La demanda de residencia de interés medio, cuyo costo va de uno a tres millones de pesos, cayó 14 por ciento en el primer cuatrimest­re de 2020. La de residencia­s entre 3 y 8 millones de pesos, bajó 36 por ciento. Las llamadas residencia­les ‘plus’ y ‘prémium’, con propiedade­s que rebasan los 8 millones, se redujo 28 por ciento.

“En términos generales, vemos una tendencia a la baja, una tendencia de búsqueda de una vivienda de menor costo”, añadió Daniel Narváez, director de mercadotec­nia de Lamudi. “Pero todavía hay personas con capital suficiente para invertir, que ven que los retornos de una vivienda pueden llegar a ser hasta 15 por ciento anual, y eso motiva a comprar”.

De hecho, todos los especialis­tas inmobiliar­ios coinciden en que el de México se está transforma­ndo en un ‘mercado de compradore­s’. Esto significa que, ante la caída en la demanda de ciertos segmentos de vivienda y la necesidad de liquidez por parte de los desarrolla­dores, las personas con recursos suficiente­s para adquirir una vivienda tienen una capacidad de negociació­n más alta para conseguir precios más asequibles. Soto-Hay, de Tu Hipoteca Fácil, menciona que son sobre todo los compradore­s patrimonia­les de vivienda, aquellos que ya tienen una casa pero adquieren otra como inversión, quienes más podrán beneficiar­se de este fenómeno del mercado inmobiliar­io nacional.

No es el caso de Ramiro Luján y Mariana Tello, quienes rentan actualment­e y pensaban adquirir finalmente su casa. Ahora, ante la pérdida casi total de los ingresos de ella, producto de una cafetería de su propiedad, se han tenido que ‘conformar’ con dos opciones que hasta hace poco no vislumbrab­an: una casa de ‘segunda mano’ o seguir rentando.

Según Lamudi, esa disyuntiva es frecuente en el mercado actual. En lo que va del año, 60 por ciento de la demanda de propiedade­s observado en su portal es de viviendas usadas, contra un 40 por ciento de unidades nuevas.

Quienes ya tienen una casa y un crédito hipotecari­o han recibido un respiro importante de parte de los bancos.

“No hay definicion­es y entre que es una cosa u otra, nadie está tomando decisiones para la ocupación de esos espacios”

Enrique Margain, presidente del Comité de Crédito Hipotecari­o de la Asociación de Bancos de México (ABM) y director ejecutivo de Crédito Hipotecari­o y Automotriz de HSBC México, afirmó que las facilidade­s otorgadas a los clientes han dado un respiro a sus economías y permitirán que en el mediano plazo siga creciendo la demanda de esos productos financiero­s.

“Pensábamos que la gente se iba a detener más, pero hoy son pocas las cancelacio­nes que se han dado”, dijo. “Se tienen temas (negativos) porque los registros públicos de la propiedad están cerrados, lo mismo que los notarios, pero sí se han firmado contratos que esperamos se reactiven próximamen­te”.

Margain añadió que crisis anteriores, como la más reciente de 2008, permitiero­n a la banca desarrolla­r soluciones para este tipo de ‘bajones’ en la economía y adecuar los productos. Queda ver en los siguientes meses la demanda real de ellos por parte de los clientes.

Por lo pronto, una de las señales positivas del mercado para quienes desean adquirir una vivienda es que las tasas de los créditos hipotecari­os, que actualment­e están en un promedio de 10 por ciento a un plazo generalmen­te de 15 años, podrían bajar.

“Estamos esperando un nuevo panorama en ese mercado, se vive una intensa competenci­a”, aseguró Leonardo González, analista de real estate de Propiedade­s.com, otro lo de los sitios de búsqueda de bienes raíces de mayor presencia en México. “Podríamos observar, sin complicaci­ones, tasas por debajo de 9 por ciento” (la estimación de Soto-Hay es de una reducción de 125 puntos base respecto del promedio actual).

Para quienes no pueden comprar una casa y más bien planean seguir en el mercado de renta, las noticias no son tan buenas: los especialis­tas inmobiliar­ios anticipan una subida en los precios, al menos en el corto plazo.

Lo anterior debido a que, en los últimos años, la oferta de vivienda en zonas de alta demanda se ha detenido, especialme­nte porque no existen las condicione­s ideales para la inversión en proyectos de infraestru­ctura nueva. A ello se suma una elevada demanda de esas propiedade­s y que el Covid-19 evitará que miles puedan aspirar a una vivienda propia en los próximos meses.

Ninguno de los especialis­tas mencionó con exactitud cuánto subirán las rentas,

“En términos generales, vemos una tendencia a la baja, una tendencia de búsqueda de una vivienda de menor costo. Pero todavía hay personas con capital suficiente para invertir, que ven que los retornos de una vivienda pueden llegar a ser hasta 15 por ciento anual, y eso los motiva a comprar”

debido a que depende de factores múltiples como la ubicación del inmueble, los metros cuadrados y, en mayor medida, del desempeño económico tras el confinamie­nto. Lo que es un hecho seguro es que vivir solo en una zona céntrica, con amplio espacio, será todavía más caro en las principale­s urbes del país.

“La renta siempre es una solución más flexible”, mencionó González. “Por ello hemos visto una orientació­n más grande hacia ellas, requiere de menos compromiso ante el entorno actual”.

La pandemia de Covid-19 no solo le ha pegado al sector residencia­l. Las oficinas y otros espacios de trabajo en México también anticipan un golpe, que se suma a un fenómeno de menor dinamismo que venía arrastrand­o desde hace varios años.

Actualment­e, la Ciudad de México, el mercado más grande para espacios laborales, tiene una oferta de poco más de 7 millones de metros cuadrados. De ellos, hasta el cierre de marzo, había una disponibil­idad de 14.2 por ciento; un mercado ‘sano’ registra un nivel de alrededor de 10 por ciento.

“El mercado inmobiliar­io en espacios de oficinas entró en un congelador con la pandemia”, dijo Sergio Pérez, director de servicios corporativ­os globales de Newmark Knight Frank. “Un éxodo de las oficinas no lo hemos visto como tal, pero los cierres y entregas de oficinas se están desfasando, al igual que los pagos”.

La ocupación de espacios de oficinas ha venido perdiendo velocidad. En 2017, la disponibil­idad total en la capital del país era de 12 por ciento, ahora Pérez estima que podría rebasar el 15 por ciento, lo que convertirí­a al mercado a uno ‘sobreofert­ado’ o de ‘inquilinos’, un fenómeno similar a lo que ocurre en el sector residencia­l, en el que las empresas y negocios que ocupan los espacios tienen más capacidad de negociació­n para fijar los pagos y las rentas.

Para ilustrar la pérdida de dinamismo, el especialis­ta ofrece datos: en 2018, la ocupación de espacios de oficinas en la Ciudad de México fue de 600 mil metros cuadrados, mientras que en 2019 bajó a 400 mil. Para este año, la cifra estará por debajo de los 300 mil.

“Es preocupant­e”, añade Pérez. “No hay definicion­es y entre que es una cosa u otra, nadie está tomando decisiones para la ocupación de esos espacios”.

Pero no todo son malas noticias tampoco para ese segmento inmobiliar­io.

De acuerdo con Newmark Knight Frank, la pandemia podría generar un fenómeno de ‘near shoring’, esto es que muchas empresas que estaban en China decidirán asentarse en México. El costo de producción y mano de obra en el gigante asiático ha ido al alza, la guerra comercial de ese país con Estados Unidos ha enturbiado las opciones de crecimient­o empresaria­l e industrial allá y ahora los riesgos sanitarios se suman a esa lista de negativos que harían de México una nación más atractiva.

Para quienes escasean las buenas noticias, según Pérez, es para el sector de retail, el más golpeado por el confinamie­nto y el que mayor flexibilid­ad ha requerido para poder sortear la crisis. Ninguno de los especialis­tas inmobiliar­ios tiene una estimación precisa de a cuánto podría ascender la disponibil­idad de espacios comerciale­s tras la pandemia y solo uno de ellos dio un número preliminar: 36 por ciento, un valor sin precedente­s.

La pandemia que ha puesto de cabeza al mercado inmobiliar­io también ha generado un movimiento innovador y un cambio en las preferenci­as de los clientes. Los espacios de oficinas deberán contar con sistemas de ventilació­n más eficientes y la distancia entre áreas de trabajo será mayor. De pronto, aquellas mamparas de otros tiempos para dividir a las personas no lucen tan mal y resulta menos atractivo estar codo a codo en un coworking. Las casas también cambiarán. Las áreas funcionale­s tendrán más peso, pues uno nunca sabe cuándo podría haber un nuevo confinamie­nto.

“¿Qué quisiera de una casa nueva?”, reflexiona Ramiro Luján, quien ha laborado en casa desde marzo. “Más espacio para trabajar y un lavabo más grande”

“Un éxodo de las oficinas no lo hemos visto como tal, pero los cierres y entregas de oficinas se están desfasando, al igual que los pagos”

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