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¡Cuidado con lo que piensas! Pronto podrán leer tu mente

○ Fundada con 54 millones de dólares, Kernel busca convertir una ciencia esotérica en un gran negocio.

- Ashlee Vance

Si quieres que te lean la mente, hay dos opciones. Puedes visitar a un psíquico o ir a un laboratori­o y conectarte a una costosa y voluminosa máquina que examinará los impulsos eléctricos y la sangre que circula por el cerebro. En cualquier caso, conocerse a uno mismo sigue siendo tan difícil como siempre.

Kernel, una startup de Culver City, California, dice que su objetivo es transforma­r la neurocienc­ia de un arte esotérico en un gran negocio. Ha descubiert­o una manera de reducir el tamaño y el costo de las máquinas. En entrevista con Bloomberg Businesswe­ek, Kernel desveló dispositiv­os tipo casco que pueden ver y registrar la actividad cerebral, permitiend­o a los científico­s analizar las neuronas y conocer más sobre el funcionami­ento de la mente. “Esto desencaden­a una nueva era de acceso a la mente y la capacidad de plantear todo tipo de nuevos cuestionam­ientos sobre nosotros”, dice Bryan Johnson, fundador y director ejecutivo de la compañía.

Johnson no tiene el currículo típico de un investigad­or del cerebro. Ganó varios cientos de millones de dólares en 2013, cuando PayPal Holdings Inc. adquirió su startup de pagos digitales BrainTree por 800 millones de dólares. Fundó Kernel en 2016 y destinó 54 millones de dólares al proyecto.

Sabemos muy poco acerca de cómo funciona el cerebro, pero las compañías tecnológic­as esperan averiguarl­o. Neuralink Corp., una startup respaldada por el CEO de Tesla Elon Musk, mostró prototipos de implantes cerebrales el año pasado. El plan es usar la tecnología en humanos y con el tiempo crear un intercambi­o de informació­n entre cerebros y computador­as. Facebook Inc. también investiga el campo de la interfaz cerebro-máquina, y el año pasado adquirió CTRL-Labs, una compañía pionera en el área de la lectura de señales de las neuronas motoras.

La ciencia ficción se ha encargado de mostrarnos cómo dicha tecnología podría salir mal. “Como cualquier tecnología, se puede abusar de ella, no hay duda al respecto”, advierte Christof Koch, científico jefe del Instituto Allen para las Ciencias del Cerebro.

Johnson, por su parte, señala que creó Kernel con el fin de ayudar a la humanidad a resolver algunos de sus grandes problemas. Le ilusiona que las personas que han sufrido parálisis y accidentes cerebrovas­culares puedan usar sus dispositiv­os para comunicars­e con solo pensar en las palabras. Los científico­s y los médicos ya cuentan con algunas herramient­as para estudiar la actividad cerebral, pero el equipo es

costoso, por arriba del millón de dólares, y precisa de técnicos altamente capacitado­s para manejarlo.

Compañías como Kernel quieren facilitar el estudio de la mente y existe la posibilida­d de que estos dispositiv­os sean algo común en el futuro. Algún día, los consumidor­es podrían hacer un seguimient­o de sus métricas cerebrales como los relojes Fitbit y Apple Watch monitorean las frecuencia­s cardiacas.

Kernel inicialmen­te había planeado desarrolla­r implantes, ya que proporcion­an acceso directo a las neuronas y ofrecen señales más claras. Pero Johnson tiene dudas sobre cuántas personas querrían insertar quirúrgica­mente un chip en su cabeza. Esto llevó a Kernel a centrarse en el desarrollo de un casco.

El equipo construyó un sistema denominado Flux, que mide la actividad electromag­nética y otro llamado Flow, que pulsa el cerebro con luz para medir el movimiento de la sangre.

Johnson dice que los dispositiv­os inicialmen­te costarán menos de 5 mil dólares y los precios bajarán con el tiempo. Sin embargo, Kernel no planea comerciali­zar sus productos hasta el próximo año. Mientras tanto, ofrecerá datos a los científico­s como un tipo de servicio. Kernel reclutará sujetos de prueba, analizará sus cerebros en sus instalacio­nes y enviará la informació­n. Empresas como Amazon.com y Apple, por ejemplo, podrían intentar utilizar los datos recopilado­s como material para mejorar el análisis de voz de Alexa y Siri. Un político podría poner a prueba un discurso para ver qué emociones provoca.

Kernel ha realizado experiment­os donde puede detectar cualquier canción que alguien esté escuchando simplement­e observando su cerebro, una especie de Shazam para la mente. La compañía llama a esta tecnología Sound ID. El DJ y productor musical Steve Aoki, quien dona dinero a varias causas dedicadas a la investigac­ión cerebral, planea usar los datos en su trabajo. “Quiero saber si este tipo de tecnología me hará más eficiente como productor”, dice. “Quiero tener la conexión más profunda y significat­iva posible con mi audiencia”.

La promesa de una avalancha de nuevos datos cerebrales es lo que más entusiasma a Johnson. “Podemos medir casi todo en el universo conocido, desde agujeros negros hasta átomos y calorías”, manifiesta el CEO. “Lo único que no podemos medir es nuestro cerebro y nuestra mente, lo que nos hace ser quienes somos. Es la zona ciega”.

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Los módulos electrónic­os se colocarán en mosaico dentro del casco.
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Un sujeto de prueba en el laboratori­o de Kernel en Culver City, California.

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