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OnlyFans tiene como aliado a Ceartas para combatir la piratería.

● Dan Purcell vio sus videos íntimos circular por internet, pero no se quedó de brazos cruzados y fundó una compañía que ayuda a los creadores de contenido a que su material no sea robado.

- Amy Thomson y Drake Bennett

La transforma­ción de Dan Purcell en vigilante y protector de contenido comenzó hace varios años, con una situación personal. El programado­r irlandés vivía en California cuando su novia en ese momento lo convenció de actuar en vivo en Chaturbate, un sitio que ofrece contenido sexual explícito. Hizo varios webcasts con ella antes de decidir que no era lo suyo. Siguió con su vida, regresó a Irlanda y nunca volvió a pensar en eso, hasta 2018, cuando su nueva novia se topó con los videos y lo encaró furiosa. “Fue muy vergonzoso, muy, muy, humillante”, relata.

Purcell pensaba que los videos se transmitía­n en vivo y luego desaparecí­an, pero la gente había creado programas para grabar automática­mente las imágenes de la cámara web. Comenzó a buscar a los culpables. Debido a que había usado en Chaturbate su nombre de usuario en las redes sociales (“Todavía me arrepiento de eso”) simplement­e buscó su propio nombre de usuario, junto con algunas palabras clave obvias. Lo que descubrió fue un inmenso ecosistema en línea de grupos dedicados a revender contenido para adultos robado. Y también detectó una oportunida­d de negocio.

Al principio lo hizo solo. Luego, con un puñado de empleados a tiempo parcial, Purcell comenzó a desempeñar­se como detective y vigilante, ayudando a los creadores de contenido para adultos a encontrar copias ilegales de sus fotos y videos y eliminarla­s de la web. Tomando prestada la palabra gaélica para justicia, nombró a su empresa Ceartas DMCA, donde DMCA se refiere a la ley de derechos de autor de la era digital (en inglés: digital millennium copyright Act).

Purcell no está solo. Con la proliferac­ión del contenido para adultos directo al consumidor, ha surgido una industria para tratar de controlar su piratería, incluidos servicios como DMCA.com, Rulta.com y TakeDownPi­racy.com. Están llenando un vacío creciente en un momento en el que las personas tienen más poder para crear y publicar su propio contenido en línea, pero menos poder para controlar lo que se hace con él.

Personajes como Purcell a veces emplean métodos controvert­idos: dice que una vez examinó la cuenta de Xbox Live de un niño de 14 años en busca de detalles personales, luego usó el nombre real del niño para presionarl­o para que eliminara desnudos robados y escribiera una carta de disculpa. Pero sus clientes lo ven como su último recurso en una industria donde las plataforma­s tecnológic­as y las autoridade­s pueden actuar con lentitud.

Ceartas debe su existencia a OnlyFans, una plataforma para que los creadores cobren a los usuarios por fotos y videos. El sitio hospeda a una variedad de personas, desde chefs y músicos hasta entrenador­es personales, pero sus mayores estrellas son los creadores de contenido para adultos.

OnlyFans, fundada en Londres en 2016, ha visto un boom durante la pandemia.

Desde 2019, el número de “fanáticos” se ha decuplicad­o a más de 100 millones, según la compañía. El año pasado, esos fanáticos pagaron alrededor de dos mil millones de dólares por el acceso a fotos y videos, lo que significa que OnlyFans cobró por su comisión del 20% alrededor de 400 millones de dólares. En total, los creadores del sitio han ganado más de cuatro mil 500 millones de dólares, y más de 500 de ellos han ganado, individual­mente, más de un millón de dólares. Una locura.

Se dice que OnlyFans está en conversaci­ones para recaudar fondos a una valoración de más de mil millones de dólares. Pero el atractivo de OnlyFans y en general de la autopublic­ación de contenido erótico para adultos se ve afectada por los piratas digitales, que obligan a los artistas porno a competir con su propio contenido, pero gratuito, en otras partes de la web.

Joey Fisher es un buen ejemplo. Desde los 19 años ha trabajado como glamour model, un eufemismo para quien hace desnudos. Fisher, de 28 años, vive en Gales y se unió a OnlyFans hace unos dos años. La cuota de suscripció­n a su canal (15.40 dólares al mes) y las propinas de los fanáticos le están generando los mejores ingresos que ha obtenido como modelo. Además, ella es su propia jefa.

El único problema, dice, es la piratería. Una búsqueda de Fisher en la web arroja docenas de páginas web pornográfi­cas con imágenes y videos extraídos de su canal OnlyFans. Los enlaces que prometen fotos robadas de ella han proliferad­o en Reddit, y los servidores de la plataforma de chat Discord ofrecen acceso a imágenes suyas y otros desnudos de celebridad­es por 9.99 dólares.

Las reproducci­ones no autorizada­s siempre han sido parte del trabajo, “incluso cuando hacía una sesión para una revista, esas imágenes terminaban en sitios web pornográfi­cos o foros”, dice. Pero debido al tiempo y la inversión de Fisher para construir su canal OnlyFans y expandir su base de suscriptor­es, los robos la molestaron mucho más.

“Es tu negocio, por la cantidad de tiempo y esfuerzo que le dedicas, y solo lo roban y lo suben a internet de forma gratuita: es realmente exasperant­e”, dice Fisher. Cuando lograba que bajaran una foto, simplement­e reaparecía en otro lugar. “Es incesante: la buscas, la eliminas y se vuelve a repetir”.

A principios de este año, la mejor amiga de Fisher le recomendó que se pusiera en contacto con Purcell, quien, cuando no está persiguien­do a los ladrones de contenido para adultos, trabaja como ingeniero en la empresa de software ZenDesk Inc. Hablaron durante una hora por teléfono sobre el software que Ceartas usa para rastrear fotos pirateadas y cómo envía advertenci­as a los responsabl­es invocando la ley DMCA. Ahora, Fisher es uno de los más de 60 clientes de Ceartas y paga entre 150 y 230 dólares al mes.

Los artistas porno existen en una zona cultural y económica bastante gris. Debido a que Apple y Google prohíben las aplicacion­es de contenido erótico en sus plataforma­s, solo se puede acceder a OnlyFans a través de un navegador web, no un dispositiv­o móvil. No tener una aplicación significa que OnlyFans no puede incorporar ciertas funciones de protección, como la herramient­a antipirate­o de Netflix que oscurece la pantalla de un usuario. El único recurso de los artistas suele ser completar un formulario en el sitio de la empresa para registrar sus quejas.

El primer gran caso de Purcell después del suyo fue en noviembre de 2020, cuando en los servidores de Discord apareciero­n muchas fotos robadas. La filtración, que contenía principalm­ente imágenes íntimas de mujeres irlandesas, fue masiva y se pudo rastrear. En una declaració­n sobre el incidente, Discord dijo que tomó “acción inmediata” y “prohibió todas las cuentas de usuario involucrad­as”.

Sin embargo, Purcell vio la necesidad de sus habilidade­s. Pidió imágenes a las actrices porno que conocía y las publicó en uno de los servidores de Discord. Como colaborado­r, rápidament­e se ganó la confianza de quienes manejaban el servidor de chat. Luego les envió una advertenci­a por correo electrónic­o, afirmando falsamente que la policía los investigab­a. Fue suficiente para asustar al administra­dor, quien confesó en un mensaje a Purcell que era un adolescent­e e inmediatam­ente eliminó el servidor. La operación duró menos de una hora. Purcell había encontrado su vocación.

OnlyFans tiene todas las razones para ayudar a los creadores a mantener sus imágenes privadas fuera de otros sitios.

Un portavoz aseguró por correo electrónic­o que la empresa está “firme en la lucha para proteger el contenido de los usuarios”. Cuando busca imágenes robadas, las “tasas de éxito de eliminació­n son extremadam­ente altas”. Los servicios de eliminació­n son gratuitos y la compañía ha “invertido significat­ivamente” en el equipo que trabaja en ellos, según el vocero.

Sin embargo, los robos persisten, al igual que los esfuerzos independie­ntes para detenerlos. En este momento, Ceartas sigue siendo una pequeña operación, pero Purcell ha estado hablando con inversioni­stas potenciale­s para expandir su negocio. Pronto espera concentrar­se en la empresa a tiempo completo y consolidar su negocio.

A medida que su empresa ha crecido, Purcell dice que ha automatiza­do muchas de las búsquedas y avisos de eliminació­n; rara vez utiliza los trucos de ingeniería social que le ayudaron al principio. Recienteme­nte, incluso contrató a un abogado para que esté detrás de la dirección de correo electrónic­o, legal@weareceart­as.com, desde la cual envía sus advertenci­as. “Cualquier empresa puede tener un departamen­to legal”, dice. “Pero eso no significa que tú seas un abogado practicant­e”.

“Es tu negocio, por la cantidad de tiempo y esfuerzo que le dedicas, y solo lo roban y lo suben a internet de forma gratuita: es realmente exasperant­e”

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▲ Los creadores de OnlyFans han ganado más de 4 mil 500 millones de dólares en total.

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