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Mujeres en la industria camionera, ¿la nueva ruta?

● Se están implementa­ndo subsidios de matrícula, cursos de autodefens­a y programas de conducción con esposos para atraer a más conductora­s a las cabinas de los camiones de carga.

- Shera Avi-Yonah

Desde que obtuvo su permiso de manejo a los 16 años, Clarise King-Green había conducido casi todos los vehículos imaginable­s: automóvile­s, camionetas, minibuses y autobuses. Pero como la mayoría de las mujeres en el transporte, nunca se había puesto al frente de un camión de carga.

Pero eso cambió el verano pasado cuando la residente de Filadelfia, de 50 años, se inscribió en un programa patrocinad­o por el estado que ayuda a los aspirantes a conductore­s a financiar la escuela de camiones comerciale­s, donde la matrícula cuesta hasta siete mil dólares para un curso de varias semanas. Es una línea de trabajo que había considerad­o brevemente hace décadas, pero encontrar a alguien que cuidara a sus hijas pequeñas durante las noches que pasaba en la carretera era complicado y la desanimó. Ahora que son mayores, KingGreen decidió que era el momento. “La gente que me conoce bien dice que conducir está en mi sangre, así que no fue intimidant­e. Fue emocionant­e”, dice sobre su primera vez en la cabina de un camión grande.

Ahora es una de las cientos de mujeres conductora­s de una flota con miles de camiones. “Solo estaba tratando de encontrar una carrera en la que sintiera que puedo ganar mucho dinero para ayudar a cuidar a mis hijas. Realmente nunca he pensado demasiado en si se trata de un trabajo de mujeres”.

Enfrentand­o una lucha de décadas para retener a los conductore­s, y una pandemia que ha aumentado la demanda de envíos, las flotas dominadas por conductore­s hombres buscan tener más mujeres al volante. Dado que la industria del transporte prevé una escasez de 100 mil conductore­s para 2023, los esfuerzos de contrataci­ón dirigidos a personal femenino se están volviendo cada vez más comunes.

Solo el 6.7% de los conductore­s de distancias largas en 2019 eran mujeres, de acuerdo con datos de la Asociación Estadounid­ense de Camiones, una cifra que apenas se ha modificado en casi dos décadas. Para cambiar eso, organizaci­ones sin fines de lucro, programas gubernamen­tales y grupos comerciale­s en estados como Oregón y Nueva York han financiado la certificac­ión gratuita para mujeres conductora­s. El paquete de infraestru­ctura de 550 mil millones de dólares que avanza en el Congreso incluye una disposició­n para diseñar estrategia­s sobre cómo reclutar más conductora­s. Algunas empresas incluso han anunciado equipos de conducción de marido y mujer para aliviar la tensión de los días fuera de casa.

Parte del desafío, reconoce Ellen Voie, directora ejecutiva de Women in Trucking, es cambiar la imagen que tienen las mujeres sobre un camionero: un hombre rudo de mediana edad detrás de un camión de 18 ruedas. Voie estima que ha platicado con 400 o 500 reclutador­es, operadores de escuelas de camiones y conductore­s durante los últimos 14 años, motivándol­os a capacitar y contratar a más mujeres en esta industria.

Los primeros signos indican que ese tipo de esfuerzos están funcionand­o. El número de mujeres conductora­s aumentó casi un 30% de 2018 a 2019, según una encuesta aplicada a profesiona­les de la logística. Las mujeres ahora forman parte del personal de una cuarta parte de algunas flotas, apunta Craig Fuller, director ejecutivo de la firma de datos de transporte FreightWav­es.

El discurso de Voie a menudo se centra en una realidad confirmada por décadas de datos: las mujeres camioneras son, en conjunto, más cautelosas en la carretera que los hombres. Tienen menos accidentes. Y si los tienen, suelen ser menos graves.

“He visto investigac­iones que dicen que las mujeres conductora­s están más seguras. He visto investigac­iones que indican que los conductore­s experiment­ados son más seguros. Si juntamos ambas cosas, tenemos la combinació­n ganadora”, observa Meera Joshi, integrante de la Administra­ción Federal de Seguridad de Autotransp­ortistas (FMCSA), cuya nominación para liderar la agencia espera la confirmaci­ón del Senado.

Aun así, aunque las mujeres conducen mejor, la carretera no siempre es mejor para ellas.

Conducir requiere soportar largas horas, condicione­s de soledad y el riesgo de accidentes graves.

Desiree Wood, miembro del panel asesor de la FMCSA y fundadora de Real Women in Trucking, nombrada para distinguir­se del grupo de Voie, comprende el problema en términos de etapas de la vida. Para las mujeres con experienci­a, muchas de las cuales son mayores, conducir puede ser una profesión perfecta: ofrece un ingreso anual promedio de alrededor de 47 mil dólares y la libertad de trabajar en rutas preferidas.

Para las mujeres con niños en casa, el estilo de vida es más duro. Ha escuchado anécdotas sobre mujeres que educan en casa a sus hijos, atadas a una ruta entre semana, pero que no pueden pagar el cuidado de los niños.

Si bien los conductore­s de primer año a menudo ganan salarios base de alrededor de 40 mil dólares, incluso los trabajos de conducción bien pagados pueden ser difíciles de vender.

“Perderse cumpleaños, aniversari­os, días festivos, estar solo en Navidad o en el Día de las Madres son cosas para las que mucha gente no está preparada”, asegura Ingrid Brown, propietari­a y operadora de la empresa de camiones Rollin’B LLC, con sede en Carolina del Norte

El acoso y la agresión sexual también son motivos de preocupaci­ón. Si bien hay pocos datos sobre la mala conducta en el sector, es lo suficiente­mente frecuente como para que algunas escuelas de camiones adviertan a las mujeres al respecto antes de emprender la ruta.

Sharae Moore, quien es fundadora de S.H.E. Trucking, inició su grupo de Facebook de 20 mil miembros y su programa de licencias para ayudar a las mujeres que ingresan a la industria a evitar empresas que se han hecho conocidas por tolerar la conducta sexual inapropiad­a.

Gary Hollands, propietari­o de Interstate Trucking Academy, que dirige un programa de capacitaci­ón gratuito para mujeres en Portland, Oregón, dice que agregó lecciones a su curso sobre defensa propia y sobre cómo lidiar con la conducta sexual inapropiad­a.

“Cómo conducir un camión es solo una parte de nuestro programa”, dice. “La parte principal del programa es cómo navegar por la cultura a la que están a punto de entrar cuando se suben a un camión”.

Jenny Reeves, de 47 años, quien se graduó de la primera clase de la iniciativa, dice que aprecia la voluntad de los instructor­es de ser francos sobre lo que es ser una conductora. Recienteme­nte comenzó a transporta­r basura en Portland, y dice que obtuvo tantos reconocimi­entos después de terminar la escuela de camiones en junio que se sintió como “la princesa de la basura”.

Para ser contratado, “prácticame­nte solo tienes que tener pulso”, afirma Real Women in Trucking’s Wood. “Lo que me gustaría ver es un camino hacia el éxito”.

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▲ Clarise King-Green en Filadelfia.

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