Texas y Wall Street: choque en el mercado de bonos municipales
● El fiscal del estado, Ken Paxton, quiere controlar qué bancos pueden participar como suscriptores en la emisión de bonos gubernamentales locales.
La Municipal Advisory Council of Texas es una cámara empresarial sin fines de lucro cuyo objeto es promover el mercado de deuda municipal. Su conferencia anual suele ser un evento bastante discreto, en el que miembros de la industria de los bonos se reúnen en un lujoso hotel para tomar cocteles, jugar golf y establecer contactos para facilitar la realización de futuros acuerdos. Pero en el evento de este año, los salones y pasillos del hotel Las Colinas Resort, a las afueras de Dallas, estaban llenos de especulaciones sobre el futuro de las grandes firmas de Wall Street en ese estado. Y había un nombre en boca de todos: el del fiscal general de Texas, Ken Paxton.
Una semana antes de la conferencia, celebrada los días 26 y 27 de octubre, el fiscal general del estado, de extracción republicana, había amenazado con prohibir que ocho bancos participaran en acuerdos de bonos municipales en Texas simplemente porque estas instituciones financieras suscribieron el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esa amenaza generó preocupación en las mesas de trading de Nueva York ante la posibilidad de quedar excluidas del mercado de deuda del estado texano, de 50 mil millones de dólares al año. Jamie Dimon, de Jpmorgan Chase & Co., banco que está en la lista negra de Paxton, dijo en un inusual reproche que la situación pone en riesgo la reputación de Texas como un estado favorable a los negocios. “Los exhorté a ser muy cuidadosos para que siga siéndolo, esto puede perjudicar la capacidad de recaudar dinero”, dijo Dimon en una entrevista el 1 de noviembre.
El conflicto se remonta a 2021, cuando la Legislatura de Texas promulgó dos normativas que, en la práctica, acusan a las grandes empresas financieras de ser demasiado woke (concienciadas o sensibilizadas), específicamente en lo que respecta al petróleo y las armas. Las leyes limitan o impiden que el gobierno estatal y los gobiernos locales celebren contratos con empresas que “boicotean” la industria energética o “discriminan” a la industria de las
armas de fuego. Como fiscal general, Paxton aprueba casi todos los bonos municipales emitidos en Texas, de modo que su aprobación es clave para obtener recursos y financiar así infraestructura en el estado. “Queremos aquí a todos los bancos que quieran hacer negocios con nuestro estado”, dijo Paxton en una entrevista el 13 de noviembre, “solo queremos que cumplan la ley mientras lo hacen”.
Paxton fue suspendido de su cargo en mayo mientras enfrentaba un juicio político por acusaciones de soborno y corrupción. Su suspensión generó esperanzas en algunos sectores de que el interés en las dos leyes se desvanecería. Pero el Senado estatal lo absolvió el 16 de septiembre y a los pocos días el fiscal dijo que evaluaría si los bancos que se adhieren a la Alianza Bancaria Cero Neto (una iniciativa que alienta a los bancos a usar su influencia financiera para ayudar a descarbonizar la economía) tienen permitido actuar como suscriptores de bonos municipales en Texas.
La situación contraviene un esfuerzo de décadas para despolitizar el mercado de deuda municipal estadounidense de 4 billones de dólares. Desde la década de 1990, las reglas de la industria han limitado las contribuciones monetarias a partidos políticos hechas por banqueros a fin de evitar que alguien tenga una ventaja injusta. Esas medidas han dirigido a la industria en una “dirección saludable”, reduciendo los incentivos para elegir banqueros por cualquier otra razón que no sea el precio y la experiencia, asegura Chris Hamel, investigador de Municipal Market Analytics, una firma independiente especializada en el análisis de bonos municipales. “La selección de suscriptores no es espacio para debatir sobre el cambio climático”, afirma.
La disputa ha trastocado el negocio de los bonos municipales de Texas, tan así que Citigroup Inc. y Goldman Sachs Group Inc. ya se han salido de ese mercado. Hasta ahora, esto ha favorecido a las compañías más pequeñas que no se han involucrado en cuestiones sociales controvertidas, pero no ha beneficiado a los propios municipios de Texas. Daniel Garrett, profesor de finanzas en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, dice que los municipios texanos han visto un aumento en los gastos de endeudamiento en los últimos años, pues las leyes han ahuyentado a los bancos. “Si más bancos son vetados, las ciudades, los distritos escolares y los distritos hidrográficos enfrentarán costos de financiamiento relativamente más altos para cualquier préstamo que quieran solicitar”, comenta.
La última evaluación de Paxton ya ha afectado varios acuerdos. La pequeña localidad fronteriza de Del Río reemplazó a RBC Capital Markets para liderar la colocación de bonos por 13 millones de dólares. Un distrito escolar cerca de Houston eliminó a Wells Fargo de una transacción. Y Roanoke, un pueblo cerca de Dallas, amenazó con rechazar a los bancos en la lista de Paxton en una reciente emisión de deuda.
En octubre, Paxton advirtió que los municipios de Texas no pueden simplemente confiar en la palabra de los asesores financieros a la hora de decidir si un banco boicotea a la industria energética o discrimina a la industria de las armas. “Las entidades gubernamentales no pueden confiar ciegamente en verificaciones escritas cuando hay evidencia públicamente disponible de que una empresa es boicotista o discriminadora”, escribió en una carta de aviso. Fue una advertencia alarmante, dice un participante de la industria, ya que expone a todos los municipios del estado a sanciones y les exige que tomen decisiones sobre cuestiones políticas complejas.
Lo que la industria concluye es que Paxton está intensificando su guerra contra las acciones afirmativas en materia ambiental, social y de gobernanza corporativa (ESG) en Texas, utilizando a los bancos como caso ejemplificante. Las recientes medidas marcan una dramática escalada del conflicto, dice un banquero que pidió no ser identificado por temor a represalias por parte de la oficina del fiscal general. Si Paxton incluyera en la lista negra a todos los bancos que está evaluando, dejaría a las ciudades con muy pocas opciones, dice otro banquero que pidió el anonimato por las mismas razones.
Las principales firmas de Wall Street suelen ser las más importantes en un gran abanico de servicios bancarios que los gobiernos necesitan: préstamos directos, contratos de depósito y líneas de crédito. Por tanto, aunque los grandes nombres del sector financiero corren el riesgo de perder muchos negocios, ellos dicen que los municipios de Texas tienen tanto o más que perder. “Deben ser muy cuidadosos, porque sus propias ciudades, escuelas y hospitales obtienen financiación de gente como nosotros, y querrías que siga siendo así”, dijo Dimon en la entrevista.