POZO ZAMA DEMOSTRARÁ PODERÍO OPERATIVO DE PEMEX.
La Empresa del Estado tendrá que afrontar sus capacidades operativas y de asociación con otras empresas privadas para un exitoso programa.
Sin tomar en cuenta la tormenta de las demandas internacionales entre EU y Estados Unidos, Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrentará importantes retos al asumir el rol de operador del yacimiento Zama, que van desde sus capacidades financieras hasta aspectos operativos y de carácter político.
La decisión de la Secretaría de Energía de que Pemex funja como operador del nuevo pozo Zama perforado por la estadounidense Talos Energy y sus socios, puede ser más un mensaje político respecto a las capacidades de la estatal mexicana que una realidad operativa, ya que cabe recordar que en los contratos de servicios anteriores a la reforma Pemex quedaba como operador de campos que estaban completamente en manos de sus socios.
Expertos en el tema afirmaron al Economista que todavía faltan muchos procedimientos antes de la unificación del posible yacimiento y por lo pronto no se ha definido siquiera la participación de cada socio o se ha comenzado el diseño de un contrato, por lo que, a pesar de los términos legales, la realidad operativa puede cambiar completamente.
"No podemos olvidar que Pemex pasó años dejando la operación de sus actividades prácticamente en manos de sus prestadores de servicios, de ahí surgieron tantas empresas que ya tenían experiencia para participar en las licitaciones, así que entre el acuerdo y la realidad puede haber muchos cambios".
El pozo Zama fue perforado desde el 2017 y aunque el volumen de recursos ha sido certificado por varias agencias -que incluso llegaron a declarar que tenía hasta 1,400 millones de barriles de crudo-, no es hasta la producción cuando realmente se observa la riqueza de un yacimiento, por lo que incluso a la propia empresa privada le resultaría más conveniente que Pemex asuma todo el riesgo en caso de que no sea posible la extracción comercial de todos los 800 millones de barriles de petróleo que se han prometido.
El consorcio privado perforó el pozo descubridor de un volumen de hasta 800 millones de barriles y otros tres delimitadores, invirtiendo 325 millones de dólares en exploración del área.
Entre los principales obstáculos que los especialistas ven para la operación de Pemex en Zama, es que se requiere acceso a la tecnología, financiamiento y capital humano, para una instalación de este tipo.
Además, Pemex típicamente utiliza plataformas clásicas en aguas someras de 115 metros de profundidad, cuando se requiere un equipo que alcance mínimo 170 metros bajo el nivel del mar en este proyecto.