Familia Beltrán de abolengo y arraigo en la Sultana de la Sierra
MUY APRECIADOS SE EXTIENDEN POR TEAPA E INCLUSO EN ZONAS DE TACOTALPA; SIEMPRE MANTUVIERON UN NIVEL SOCIAL ALTO Y DE MUCHA CATEGORÍA.
TEAPA. Pedro Jiménez Torres, actual cronista de Teapa, dice que desde que recuerda los Beltrán Medina siempre mantuvieron un nivel social alto y de mucha categoría, por lo cual el noviazgo de Rocío con Andrés Manuel fue de acuerdo con la tradición, con respeto y cuidando las formas.
Cuando se casaron ambos se fueron a vivir a Nacajuca, a una casa contigua a las oficinas del desaparecido INI, donde nació José Ramón, su primer hijo. “Y eso es lo que admiro de Rocío Beltrán, se queda a vivir con su esposo en una casa tan modesta, que nunca pensé que lo hiciera, porque no había lujos, ni nada y siempre se mantenía llena de indígenas”, refiere Pedro Jiménez, su compañero en la preparatoria regional Pagés Llergo.
Muchos años después, cuando el trabajo en el INI concluyó y ya con Andrés Manuel como líder opositor, la familia se fue a vivir al fraccionamiento Galaxias, en Tabasco 2000, de donde se mudaron a la Ciudad de México en 1996, luego que él se convirtiera en presidente nacional del PRD.
Entre sus libros y su viejo escritorio, el cronista de Teapa dice que Rocío Beltrán influyó de manera significativa en las decisiones y el actuar de su esposo, a quien acompañó en los momentos más difíciles, como él mismo lo ha descrito, cuando se perseguía, encarcelaba e incluso asesinaba a los opositores.
Carlos Cano Conde coincide en ello, pues la conoció en la relación casi de familia que tenían siendo muy jóvenes y después cuando la señora Beltrán de López Obrador hereda en vida el rancho de su papá, quien además de ganadero y agricultor fue abogado y ocupó
puestos de juez en el municipio y director de la Defensoría de Oficio del estado.
“El licenciado Gonzalo se convirtió en abogado en edad ya mayor y la verdad era un hombre de una posición económica resuelta, tenía sus propiedades. Fue mi vecino, en el rancho que hoy es propiedad de los hijos de Rocío”, menciona.
SUS RAÍCES EN TEAPA
La familia Beltrán Medina vivió en una casa ubicada en la calle Gregorio Méndez, esquina con la actual calle José Narciso Rovirosa, frente al callejón El Mure, en el centro de la ciudad de Teapa. La casa, hoy propiedad de uno de los dos hijos de don Gonzalo, se encuentra rentada a una cadena de zapaterías y se distingue por sus arcos y el sitio privilegiado que ocupa.
“La familia Beltrán es de mucha tradición en Teapa, muy querida, muy apreciada y muy grande. Los Beltrán Calzada integrada por varios hermanos y existen otras ramas y todos son familia, son hermanos, son primos. Y hay otras familias que son Beltrán en Galeana, en Mexiquito, que son dos comunidades grandes y ahí hay familias Beltrán, que son familias inmensas”, explica.
El cronista Pedro Jiménez comenta, al respecto, que la presencia de los Beltrán creció a tal grado que se podían identificar familias de la clase alta o acomodada, de clase media y algunas en condición humilde.
A diferencia del pasado, menciona Francisco Peralta en su obra, los apellidos en Tabasco ya no están regionalizadas, ya no pertenecen a un lugar en común ni a un mismo estatus social. La ramificación de las familias propició una desregionalización, apunta. Lo que no hay duda es que antes de los años 50 del siglo pasado los apellidos sí se identificaban con ciertas localidades, porque era más difícil la comunicación entre ellas.
“Aquí hay un arraigo de familias. El apellido Beltrán hoy sale a colación por lo que se publica, pero aquí siempre ha habido ese apellido, normal, común, corriente y nunca habido que sepamos, que yo sepa, esa vinculación que están sacando ahora, ni ha habido escándalos sospechosos con el crimen o algo que se parezca, no ha habido en los 69 años que yo tengo”, afirma el cronista teapaneco Pedro Jiménez.
La familia Beltrán es de mucha tradición en Teapa, muy querida, muy apreciada y muy grande".