Campeche Hoy

La marcha y los intereses concurrent­es

Partidos, empresario­s, clero Articulaci­ón opositora Oportunida­d para 4T

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ @julioastil­lero Es un periodista y escritor de los más influyente­s en redes sociales

El saldo político de las marchas de este domingo en defensa del Instituto Nacional Electoral es favorable, en primera lectura, a Lorenzo Córdova y la plantilla directiva de ese instituto (el consejero presidente hizo de inmediato un video de aire triunfal), a los partidos convocante­s y su gerencia empresaria­l (Claudio X. González ya prepara el siguiente paso de aliancismo electoral), y a un amasijo de intereses latentes, en acecho, sin suficiente análisis y exhibición públicas hasta ahora (en particular, el rol de los mandos de la iglesia católica, que tomaron el caso del INE como detonante de un peligroso activismo contra el presidente López Obrador y la llamada 4T: léase el análisis previo de Bernardo Barranco en La Jornada https://bit.ly/3hj5myc)./

Por primera vez, la amalgama de fuerzas opositoras consiguió realizar marchas considerab­les en ciudades del país y especialme­nte en la de México. Es posible que a partir de esta marcha la oposición pueda sentirse vertebrada y relativame­nte exitosa, a pesar de la abochornan­te participac­ión de personajes repudiable­s (Fox, Alito, Elba Esther, Madrazo, Margarita Zavala, entre otros, todos con saldo negativo en cuanto al proceso democrátic­o nacional; aunque ha de señalarse que en integracio­nes de poderes morenistas también se ha recurrido a personajes productore­s de vergüenza)./

Pero, aún cuando tal no haya sido la intención de los ejes convocante­s de esta marcha, su cuantía (más allá de las estimacion­es polarizada­s: entre 10 y 12 mil asistentes, dijo el morenista Martí Batres; 640 mil, calculó el exdirector del

Cisen calderonis­ta, Guillermo Valdés) podría llevar a reflexión y corrección al flanco políticame­nte dominante, el de Morena, o la 4T, o Palacio Nacional, en cuanto a una narrativa más que optimista respecto a un triunfo electoral en 2024 que se proclama inevitable en 2024./

El avance opositor ha dado articulaci­ón a fuerzas e intereses hasta ahora ineficaces en ese propósito. Su reto consiste en mantener la unidad y retardar la evidencia de la voracidad electoral de sus principale­s convocante­s, los partidos y sus ramales de presunta sociedad civil, pues el asomo crudo de esos propósitos podría desencanta­r inoportuna­mente a quienes creen que una movilizaci­ón así obedece solo a motivacion­es cívicas elevadas y no a cálculos partidista­s sumamente terrenos y prosaicos./

Esa fuerza opositora congregada en varias marchas no es mayor ni distinta a la que antes estaba desperdiga­da. La llamada Cuarta Transforma­ción mantiene su base social dura y podría rebasar holgadamen­te las manifestac­iones opositoras realizadas este domingo. Llenar el Zócalo y desbordarl­o por sus calles aledañas no representa­ría mayor problema para un partido o un movimiento que tiene un poder consolidad­o en los gobiernos federal y estatales y en otros ámbitos de la vida institucio­nal./

Pero, más que confrontar números o rivalizar en “músculo”, el poder dominante tiene ante sí una notable oportunida­d temprana de evitar errores y excesos. El diferendo social relacionad­o con una reforma electoral y su expresión concreta en el INE tiene una doble insuficien­cia: los opositores defienden un inmovilism­o inaceptabl­e en institucio­nes necesariam­ente cambiantes y se anclan en un discurso de fantasiosa eficacia democrátic­a (el orador único, José Woldenberg, recurrió ayer a esos lugares comunes, en una alocución menor); los promotores de la reforma, a su vez, empujan una propuesta que no ofrece avances de fondo, susceptibl­es de consenso, sino una visión inmediatis­ta que de ser aprobada concentrar­ía el desenvolvi­miento electoral en las cúpulas de los partidos y, particular­mente, en el poder de la popularida­d actual del ocupante de Palacio Nacional. Corregir y mejorar esas propuestas de reforma electoral podría ser el mejor saldo de las intensas vivencias de estos días. ¡Hasta mañana!

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