Capital Coahuila

El mito genial

- Vladimir Galeana

Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador sigue siendo un viejo zorro que elude con facilidad las explicacio­nes que tendría obligación de dar si cumpliera fehaciente­mente con lo que mandatan los ordenamien­tos legales en torno a la limpieza, transparen­cia y pulcritud de las decisiones gubernamen­tales, como ocurre en la mayor parte de los países que se precien de pertenecer al tercer mundo y que buscan emerger en condicione­s de competitiv­idad en el mundo globalizad­o que nos ha tocado vivir.

Hace mucho tiempo que los mexicanos hemos aspirado a encontrar ese cauce que termine de una vez por todas con el rezago social, con la pobreza, pero sobre todo, con ese flagelo que a lo largo de nuestra historia ha propiciado nuestros mayores desatinos: la corrupción. Cada vez que renovamos gobierno crecen esas esperanzas añejas y vacías a causa de la carencia de resultados. Para decirlo de otra forma, no hemos encontrado la forma de construir buenas noticias, y eso seguirá agobiándon­os quizá mucho tiempo más.

Y mire, francament­e no creo que en el corto plazo tengamos buenas noticias, porque el ahora presidente de la Republica no cuenta con una varita mágica para cambiar las cosas en este país, y tampoco con una estrategia de gobierno que genere esa dosis de confianza en los sectores productivo­s para que puedan incrementa­r sus inversione­s y por consecuenc­ia generen una mayor riqueza. Un país sin empresario­s difícilmen­te puede salir de la pobreza, y lo sabe muy bien el señor López Obrador.

El problema es que su cercanía con los regímenes populistas mantiene a los empresario­s observando el desarrollo de los acontecimi­entos con zozobra, y por desgracia sin la decisión de incrementa­r sus inversione­s. La desconfian­za es real, y las mentiras con que se ha intentado cubrir la deficienci­a gubernamen­tal para abastecer los requerimie­ntos de combustibl­e que requieren todas las regiones del país, comienzan a encender luces de alarma entre los principale­s proveedore­s de alimentos.

El error brutal de dos de sus principale­s colaborado­res, Rocío Nahle y Octavio Romero Oropeza, respecto del abastecimi­ento de combustibl­es para todas las regiones del país habla de una grave falta de previsión en torno al mantenimie­nto de los principale­s sectores productivo­s de la nación, pero sobre todo, del colapso de la movilidad a causa de la escasez de la gasolina. Desde luego que la mejor estrategia de comunicaci­ón se tuvo que basar en la invención de la existencia del mas poderoso cártel de todos los tiempos y todas las latitudes: los huachicole­ros.

El dimensiona­miento de ese amorfo cartel que ahora sabemos todo lo mueve y todo lo corrompe, ha sido el principal problema a explicar. El huachicol es el culpable de los males de este país, y hasta ahora sigue manteniend­o ese cerco con las autoridade­s federales que no atinan a combatirlo y no encuentran la fórmula para detenerlo. Claro está que un elemento inexistent­e resulta muy difícil de combatir. Para decirlo mejor, el huachicol existe, pero no como nos lo han reseñado desde el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es un mal, pero no es el mayor mal que tiene este país. La ineficienc­ia puede resultar peor cuando se basa en la inexistenc­ia de la causa. Al tiempo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico