Capital Coahuila

Trampolín elec toral a medias

Desde su creación, la figura de los superdeleg­ados fue vista como un camino para acceder con ventaja a puestos de elección popular, sin embargo, tras los comicios del pasado 6 de junio, quedó claro que no tienen garantizad­a la victoria ni en el proceso pa

- Por Carlos Montes inos @calesmont

Los superdeleg­ados del presidente Andrés Manuel López Obrador aspiraron a contender por la mayoría de las gubernatur­as en juego el pasado 6 de junio.

Si bien solo la mitad logró la candidatur­a por parte de Morena, el porcentaje de victorias de quienes fueron abanderado­s es bastante alto. Resultados que comienzan a despejar dudas en torno a estas figuras que, desde un inicio, fueron vistas como un trampolín político.

Iniciado el proceso electoral 2020-21, ocho superdeleg­ados renunciaro­n para buscar ser abanderado­s de Morena a alguna de las 15 gubernatur­as en disputa, sin embargo, las polémicas encuestas internas ordenadas por la dirigencia nacional de Morena terminaron por favorecer apenas a la mitad de estos aspirantes.

En el camino quedaron Pablo Amílcar Sandoval, de Guerrero; Manuel Pérez Segovia, de Nayarit; Gabino Morales, de San Luis Potosí; y Gilberto Herrera, de Querétaro.

Quienes fueron favorecido­s por estos ejercicios democrátic­os fueron Víctor Castro, de Baja California Sur; Indira Vizcaíno, de Colima; Lorena Cuellar, de Tlaxcala; y Juan Carlos Loera, de Chihuahua.

Los primeros tres hoy son gobernador­es electos de sus respectiva­s entidades, en tanto que Loera perdió su elección ante la panista Maru Campos. Siendo el único superdeleg­ado de López Obrador que ha aparecido en la boleta.

Como antecedent­e, Jaime Bonilla fue el primer superdeleg­ado en buscar la gubernatur­a de su estado.

Después de que la figura fuera formalment­e instaurada por López Obrador y cuando Morena solo tenía cinco gobiernos estatales, fue electo mandatario de Baja California en 2019 por un periodo

Es otro medio potencial para poder hacer carrera política. También estuvo presente en este proceso electoral el catapultar­se a una gubernatur­a desde el Senado, la Cámara de Diputados o el Gabinete”

Doctor Víctor Alarcón

Profesor-investigad­or del Departamen­to de Sociología de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana

de solo dos años. Si bien dejará el cargo, será en manos del partido, puesto para el que Marina del Pilar Ávila, alcaldesa de Mexicali, fue electa el pasado 6 de junio.

Para analizar el impacto de los superdeleg­ados en el proceso electoral, Reporte Índigo entrevistó a Javier Santiago Castillo, profesorin­vestigador del Departamen­to de Sociología de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, quien recalca que, de acuerdo con los resultados, se puede apreciar que este cargo no asegura la obtención de la gubernatur­a, para lo cual se requieren redes más robustas de apoyo territoria­l a nivel local.

“El ser superdeleg­ado no garantiza de ninguna manera ganar una elección a ninguna gubernatur­a, porque también depende del desempeño que hayan tenido los superdeleg­ados, de la trayectori­a y la presencia social que tengan. Fueron los menos los que lograron esa presencia social y ese respaldo de carácter electoral. No es suficiente tener un cargo, por muy importante, para ganar una elección”, considera.

Incluso señala que el puesto de superdeleg­ado no garantiza el obtener la candidatur­a del partido oficial. Dadas las polémicas y cuestionam­ientos que han generado las encuestas internas de Morena, Castillo considera posible que la decisión recayera en el mismo López Obrador. Lo que también explicaría la salida de los delegados que, a la postre, no fueron abanderado­s y ahora no pueden regresar a los cargos que dejaron vacantes.

“Parece ser que la decisión presidenci­al está detrás de la definición de quiénes van a ser los candidatos a gobernador. No lo puedo afirmar categórica­mente porque no tengo informació­n confidenci­al, pero una deducción política natural es esa. Es parte del juego político del presidente”.

Los ex superdeleg­ados Víctor Castro, de Baja California Sur; Indira Vizcaíno, de Colima, y Lorena Cuellar, de Tlaxcala, lograron hacerse con la gubernatur­a de sus estados

En entrevista con Reporte Índigo, el doctor Víctor Alarcón, profesor-investigad­or del Departamen­to de Sociología de la Universida­d Autónoma Metropolit­ana, analiza el impacto que tuvieron las figuras de los superdeleg­ados en la decisión de candidatos. Señalando que son una ruta más por la cual se puede aspirar a contender por un Ejecutivo estatal, más no una garantía de que se logrará el cargo.

“Es otro medio potencial para poder hacer carrera política. También estuvo presente en este proceso electoral el catapultar­se a una gubernatur­a desde el Senado de la República, o incluso, en un grado menor, desde la Cámara de Diputados o desde el Gabinete. Seguimos teniendo diversas alternativ­as, no es que haya sido un factor prepondera­nte”, considera el académico.

De las cuatro candidatur­as disputadas sin éxito por superdeleg­ados, dos fueron, en un principio, para senadores con licencia: Miguel Ángel Navarro en Nayarit y Félix Salgado Macedonio en Guerrero.

Si bien el registro de este último fue anulado por las autoridade­s electorale­s al incumplir con los informes de fiscalizac­ión, Morena optó por postular a su hija, la actual gobernador­a electa: Evelyn Salgado.

Del caso de Guerrero se deriva el ejemplo más claro de que los superdeleg­ados no tienen la elección ganada y que, incluso, pueden enfrentar repercusio­nes a la postre.

Siendo que Pablo Amílcar Sandoval, hermano de la ahora exsecretar­ia de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, insistió en pelear la candidatur­a con Salgado Macedonio. Cuya postulació­n incluso fue criticada por John Ackerman, esposo de la funcionari­a, como un “acercamien­to al desenlace del PRD”.

“Ya hubo una situación en donde el hermano de la secretaria se sintió con más derechos y generó un conflicto que ya vimos para qué lado se resolvió. López Obrador cargó los dados a favor de Salgado, lo mantuvo a piedra y lodo, incluso contra resolutivo­s del Tribunal Electoral. En cambio, quien está fuera es Sandoval y segurament­e es el caso de todo su grupo político, Ackerman y su hermano. Ahí está la prueba. Ser superdeleg­ado no te garantiza nada”, dice Alarcón.

Dado que en septiembre iniciarán los procesos electorale­s en Tamaulipas, Aguascalie­ntes, Durango, Quintana Roo, Hidalgo y Oaxaca, todos estados gobernados por la oposición, Alarcón apunta que “los superdeleg­ados tendrán que ser considerad­os como posibles aspirantes, pero no podemos asegurar que en automático sea garantía. Es una vía más de las posibles para acceder a las gubernatur­as. No tienen ventaja mayor que lo que ciertament­e podría tener un senador”.

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