Descartan ola de robos vs Diócesis
Considera que robos son efecto colateral de la pandemia y desempleo
Luego que robaran en dos templos pertenecientes a la Diócesis de Saltillo, uno de ellos en Monclova, el obispo Hilario González descartó una oleada de ataques y comentó que quizá las sustracciones se deben a un efecto colateral de la pandemia por la falta de empleo o carencia de oportunidades
Luego que se presentaran en esta semana dos robos en templos pertenecientes a la Diócesis de Saltillo, uno de ellos en Monclova, el obispo Hilario González descartó que se trate de una oleada de ataques y comentó que quizás las sustracciones se deben a un efecto colateral de la pandemia por la falta de empleo o la carencia de oportunidades.
“No es la primera vez que ocurre esto, pero creo que es algo que pasa ocasionalmente por la falta de trabajo, por la desesperación, a veces hay personas que no saben lo que están haciendo porque pueden estar bajo los influjos de alguna sustancia, yo no veo ahorita una oleada de ataques extraordinarios, puede ser que la pandemia, la falta de trabajo, la necesidad los esté empujando, pero es algo que ocurre de vez en cuando y nos debe llamar la atención para practicar la caridad y estar atento a los necesidades” expresó.
“Como en otra ocasión lo mencioné ya para que nuestra gente atente contra las cosas sagradas y una persona se atreva a entrar a un templo a robar quiere decir que está desesperado, es una llamada de atención a respetar las cosas sagradas o de dios, dos, a que nosotros como sociedad e Iglesia estemos al pendiente de nuestros hermanos y hermanas necesitadas, ahí en el tema de la caridad y generosidad nos llama la atención de saber cómo hacerle para que nadie tenga que verse en esa necesidad o tentación de robar a quien sea y mucho menos a un templo”, agregó.
No obstante, el obispo explicó que en el caso de Monclova los presuntos ladrones sustrajeron artículos de las oficinas de la Parroquia de la Sagrada Familia y en la capilla de la Parroquia del Señor de la Misericordia perteneciente a la comunidad de los Ramones, forzaron las puertas para llevarse los sagrarios y bocinas del inmueble que cabe señalar que es la tercera ocasión que roban este sitio.
“Hay esta cultura de robarse los metales, a lo mejor creen que son muy valiosos, no sabemos si los funden o los venden, pero se me hace que es algo más profundo”, concluyó.